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Era como si el día sintiese la pena de su alma, era un día gris y terrible. ChanYeol no había salido a acompañarla a la escuela por lo que tuvo que ir a la estación a pie con los libros entre las manos. No quiso despertarlo y tampoco quiso saber nada más de él, su comportamiento le había dejado mucho que desear. Volvió a su cotidianidad, volvió a ser la chica silenciosa que se comunicaba con dibujos. Se sentía en falta con su maestro y se sentía sobre todo decepcionada.

Cuando Kim Jong Dae le había regalado todas esas cosas había sentido que su alma tenía una nueva manera de comunicarse, sintió que Jong Dae le había mandado una especie de salvavidas, era como un sendero de luz dentro de su vida gris.

Ahora todo se había resumido a nada, luego de haber llorado casi toda la noche se había quedado dormida sobre los colores esparcidos y las acuarelas partidas, no había querido limpiar nada, había querido dejar su desastre ahí.

Tenía la suerte de que Jong Dae no la miraría ese día, ni siquiera se verían y estaría atenta por si él se aparecía, sentía vergüenza aun cuando ni siquiera él sabía lo ocurrido, posiblemente hasta le diría que no se preocupase pero sentía demasiadas cosas juntas.

Por fin se despertó, abrió los ojos mientras miraba el techo reflejado con algo de luz por parte de la ventana. No quería levantarse, le dolía infinitamente el pecho y los ojos. También había llorado luego haber visto el dibujo de aquel hombre que había salvado a Danbi, sentía que ella se iría con él y la sola idea de alejarse de ella lo consumía por dentro, Danbi no podía irse porque era suya y nadie podía quitársela, nadie.

Sin embargo, cuando se levantó y caminó hacia la habitación de la pequeña se sorprendió de ver todo aun en el piso, el dibujo roto por la mitad por una esquina y el piso bañado por los colores y las acuarelas rotas, el corazón se le contrajo al pe...

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Sin embargo, cuando se levantó y caminó hacia la habitación de la pequeña se sorprendió de ver todo aun en el piso, el dibujo roto por la mitad por una esquina y el piso bañado por los colores y las acuarelas rotas, el corazón se le contrajo al pensar de que todo ello había asustado a Danbi. Recordó los pequeños puñetes que había lanzado para de alguna manera parar lo que hacía y el pecho se le arrugó como el papel y corría el riesgo de rasgarse también por la mitad, se odiaba por haberla hecho llorar porque eso era lo que se había prometido, nunca la haría sufrir porque era como hacerse sufrir a él mismo.

Butterfly ❅ Park ChanYeolWhere stories live. Discover now