Capítulo 3

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9 de la noche. Llueve. Suena 'Skinny Love' de Birdy de fondo.

Estoy tumbada en la cama, mirando al techo, pensando en todo lo que ha cambiado mi vida en tan solo unos meses. Hace un año mi vida era tan diferente... 

Suspiro y me doy la vuelta, hundo la  cabeza en la almohada mientras la agarro con fuerza. Pero es tarde, las lágrimas empiezan a caer poco a poco, una tras otra. ''Eres idiota, deja de llorar. Así no vas a conseguir nada'' -me digo a mi misma mientras me seco las lágrimas con la manga de la sudadera. 

(...)

Me llaman para que baje a cenar. Llevo todo el día sin probar bocado. Estoy mareada, así que bajo las escaleras con cuidado apoyándome en la barandilla por si acaso. Entro en la cocina. Ya están todos sentados esperándome.

Me siento y sonrío. Intento disimular.

_Tienes los ojos rojos cielo, ¿estás bien? - me pregunta mi madre.

_Sí mamá, no te preocupes. -respondo inmediatamente mientras me sirvo agua.

_¿Has estudiado mucho? _dice mi padre al poco tiempo de empezar a cenar.

_Sí, bueno. Lo normal. Un poco de todo. Deberes y eso- respondo sin levantar la vista del plato.

¿En serio cree que con todas las cosas que tengo en la cabeza soy capaz de estudiar algo? Él siempre igual. Solo sabe pensar en eso. ''Lo más importante es estudiar, lo demás son tonterías''. Estoy harta. Ojalá todo esto fuese una simple tontería.. algo pasajero. Pero no, no lo es.

Miro el plato con asco, pincho dos trozos de lechuga y uno de tomate.

_Me voy a la cama, estoy cansada y mañana tengo examen- digo levántandome de la mesa rápidamente.

_¿No vas a comer más? -pregunta mi padre sin darle demasiada importancia.

No- respondo secamente.

Noto a mi madre preocupada. Esa mirada que tienen todas las madres de 'a ti te pasa algo', 'tú no estás bien'

(...)

Pego un puñetazo a la pared. Soy incapaz de dormir y ya son más de las dos. Estoy sentada en un rincón de la habitación, llorando. Tiemblo mientras sujeto la cuchilla con la mano derecha. No puedo más, no lo aguanto.

Cierro los ojos con fuerza, aprieto el puño y deslizo la cuchilla suavemente por mi brazo. Inmediatamete un hilo de snagre resbala hasta caer al suelo.

Vuelvo a apretar la cuchilla contra mi brazo. Y otra vez más. Y cada vez más fuerte, con más ganas. Con más dolor. Nunca es suficiente.

Tiro la cuchilla al suelo.

Adolescente en ruinas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora