El mundo es demasiado pequeño, y lo es más el inframundo; por ese motivo Arturo está seguro de que algún momento se volverán a ver las caras, algún día, en algún lugar. ¿Y mientras tanto qué? Mientras tanto se reclina en el sofá que compraron juntos para llenar un poco el vacío de su sala, toma de la copa que ella le regaló en su cumpleaños, cubierto con la manta que a ella tanto le gustaba. Podría decirse que Arturo la extraña; después de todo, no es común perder al amor de la vida, ni fácil superar el trance.
Sí, han pasado ya dos meses desde que se fue. Pero, vamos, ¿quién tiene tal experiencia en estas cuestiones de la vida, como para saber a ciencia cierta cuándo es el momento para dejar ir? Es obvio que nuestro personaje no lo sabe, o de otro modo se habría levantado ya de su zona de comodidad y le abriría las puertas a ese mundo de afuera que aún está cargado de desventuras para darle.
No, no debemos juzgarlo, todos hemos pasado algún instante de nuestro viaje en esa situación.
¡Hey, tú! ¡Despierta! ¡No eres el único aquí! ¡Te apoyamos!
No, nada funciona. Está inmerso en sus sueños, en sus recuerdos. Si tan solo supiera que no está mal recordar. En su mente, se reprocha a sí mismo por su estupidez, sabe que aislarse no es correcto, sabe que en algún momento debe despertar; mas, siente que no puede. Recuerda con los ojos empapados en lágrimas todas y cada una de circunstancias que lo llevaron a ella, experimenta una confusión que todos vivimos, el síndrome del amor-odio. El la ama, pero le duele que lo haya dejado solo; aunque no le reprocha, no todo es culpa suya.
Sin embargo, esta historia no se trata de nuestro buen amigo Arturo, esta historia habla de lo que él hizo para despertar de su coma emocional. Tampoco es parte de una literatura de autosuperación, de esas que te bajan la autoestima y que luego es el mismo libro el que dice: ¡Levanta el cuerpo, compañero! ¡Eres mierda, sí, pero yo haré que no te sientas tan mal! ¡Solo debes seguir leyendo! ¡Vamos, ve a comprar otro libro que te vuelva a hacer sentir que tu vida por sí misma no tiene sentido!
Tal vez muchos no van a creer esto que hoy relataré, pero si por algo tengo que poner las manos al fuego, es por estos sucesos que hoy describo.
ESTÁS LEYENDO
Los cuervos
Short Story¿Como vivir sin su respiración reparando las heridas de su pecho? Es una pregunta que Arturo se hace día tras día, noche tras noche. Ha perdido todo pues la ha perdido a ella. Y ahora no sabe como seguir. Los cuervos lo vigilan, lo juzgan y lo sent...