Ángel sin alas

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  ¿Y qué decir? Básicamente estoy aquí porque hacía demasiado que no me pasaba a saludar. Eso sí, si creéis que algo en mi vida ha mejorado, estáis incluso más perdidos que yo. No es que me vaya mal, yo soy feliz, pero sinceramente no dejo de tener esa sensación de que no debería serlo. ¿Qué queréis? Soy así. El sentimiento de culpa me consume por dentro, y eso tan pensando en que el tiempo pasa, las posibilidades aumentan, y el encuentro tarde o temprano se va a producir. Mejor tarde que temprano, pero el tarde se acerca y se convierte en temprano más rápido de lo que me gustaría.

Y es que claro, ha vuelto a participar diariamente en mi vida... ¿Cómo me enfrento yo a eso? Se suponía que el semidiós se había cansado por rogar unos besos con dueño, se supone que o bien había encontrado a alguien a su nivel, o bien se había resignado a no encontrarlo nunca, pero lo que sí se supone claramente, es que yo no era un "alguien" para él. Ya no. Pero claro, de pronto vuelve, me dice que me quiere, me llama cariño , me expresa lo que siente por mí, una vez más, y esos resistentes muros que había creado a prueba de él, se me han caído encima. Me ha derrumbado, ha traspasado mis defensas y ahora ya no valen nada. Y yo tampoco, por supuesto, porque la seguridad que había logrado acumular en este tiempo de libertad, acaba de irse volando como una hoja en otoño.



Y hablando del otoño, ya estamos en primavera... El verano está a la vuelta de la esquina, y yo aún no sé con qué cara mirarle cuando le vea. No sé si dejarme hacer, o si no. Sé que no debo, pero eso de hacer lo que debo lo llevo especialmente mal desde hace un par de años. Ella lo sabe bien. Sí, habéis leído bien. Ella. Ya la conocéis, no frunzáis el ceño ni miréis la pantalla con cara de sorpresa. Sabéis de quien hablo, de mi mitad, de mi pequeña fénix, de mi mejor parte.

 Ella es perfectamente consciente de que no soy de las que atienden excesivamente a razones; es consciente de que tiendo más de la a perder el control; y es consciente de que me gusta. Y por supuesto, será más consciente aún con el tiempo. Cosas a las que uno se acostumbra manteniendo el contacto conmigo...Pero lo peor de todo, es que aunque no tenía mucho que decir, hoy tenía algo que contaros. Ya venía con un prototipo de entrada, y acabo de darle una vuelta de 90º por lo menos. Yo venía a hablaros de mí, como siempre, pero específicamente de lo atrapada que me siento últimamente. Tanta perspectiva de futuro comienza a sobrepasarme, tantas promesas, tantas expectativas, tantos infinitos que seguir, y nunca llego al final de ninguno. Es un tanto exasperarte. Pero no es eso lo que me preocupa, sino decepcionar. Hay demasiados ojos puestos en mí ahora mismo, y no sé hacia cuáles girarme y sonreír. No sé a cuales dejar atrás. Así que doy vueltas, y vueltas, tratando de que todos reciban de mí la sonrisa que se merecen, mientras el círculo a mi al rededor se hace más y más pequeño, y cada vez con más y más personas. Me quedo sin espacio, ya a penas puedo girar suficientemente rápido, y tampoco puedo huir hacia arriba, porque ahora ya no puedo volar. Me tienen atada a la tierra, encadenada, como un ángel sin alas, condenada a vagar siempre sobre unas piernas que no han sido echas para correr, con cicatrices a la espalda y un rastro de plumas blancas que parecen tratar de florecer, y que sin embargo, no llegan a lograrlo. Una puede acostumbrarse a caminar, pero no a dejar de volar. Es simple. Puedes darme otras habilidades, y puedo aprender a usarlas, pero si me quitas unas a las que ya estaba acostumbrada... Es, de nuevo, como arrancarme parte de mi.

Y lo siento, sonará egoísta, y sé que no es la primera vez. Pero yo necesito cada de mi. Necesito sentirme completa, porque en un mundo como este fraccionarse es lo más fácil, y quiero mantenerme entera para cuando realmente lleguen motivos para romperme. Necesito que ambos convivan en mí hasta que directamente me vuelva inhabitable, como un planeta del que ambos deban huir. Pero hasta que sea así, mientras puedan respirar mi oxígeno y beber de mi agua, mientras no sea tóxica y letal... Quiero que se queden. Necesito que se queden. Porque ellos, son mis alas. Las alas que me han sido arrebatadas en este cerco de sonrisas falsas donde ellos conservan todas mis verdaderas.   

Pensamientos de LobaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora