Capítulo 6: Mono cojo

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Conducir no era una de las grandes cosas que me gustaba hacer. Estar tomando el volante mientras miro al frente y a todos lados del auto; no es uno de los mejores ejercicios para el cuello.

Después de una apresurada llamada de mamá para decirme que Henry y Amber estaban en urgencias -después de que el intento de abortó cayera en una coladera y se lastimara el pie y ya no pudiera levantarse- me encontraba conduciendo hacia el mismo rumbo con una sola idea en la cabeza: burlarme del mono cojo.

¡Y ahora Daphne está arriesgando su vida de una manera increíble estando en un auto ella sola!.

No seas exagerada. No pasa de que choquemos y el auto salga volando y mi cuerpo salga disparado por el parabrisas.

Si que da miedo.

A decir verdad estoy solo a algunas cuadras del hospital así que la peor parte ya ha pasado.

En cuanto las cuatro llantas del auto están detenidas en el estacionamiento no puedo evitar sentir la mayor felicidad que el mundo pudo darme.

Apenas voy a bajar del auto escucho un grito ahogado demasiado agudo.

- ¡Daph! - Por primera vez hago caso a su llamado y me giro a mirarla

- ¿Dónde está mi familia? - Camino hasta ella que está unos pasos lejos mientras pongo la alarma del auto

- Dentro - Señala el hospital tras de ella, para comenzar a ir al horrible lugar en el que se aspira olor a medicamento - Al parecer necesitará un yeso

No me alegra saber que mi hermano tendrá un yeso en la pierna. ¡Oh no, claro que no!. Pero debo decir que me podré desquitar de aquella vez en la que yo tenía uno y el chico se encargó de romperlo en miles de pedazos con una sola patada.

- Jamás espere verte sonreír en un momento como este en el que tu hermano está en el hospital - Reí

Amber me llevó hasta la habitación en la que estaba mi hermano.

- ¿Habrá yeso? - Pregunté más que emocionada

- Daphne - Me llamó mi mamá - No deberías estar entusiasmada de eso

- ¿Por qué no?, dime mono cojo, ¿crees que el yeso vaya bien con tu ropa? - Reí más fuerte mientras a mis espaldas Amber reía por el apodo a mi hermano

Mamá negó con la cabeza mientras una sonrisa se extendía por si cara.

- En realidad hay tantas razones por las cuales estar feliz, que podría recitar una canción - Sonríe - ¿Qué clase de castigo divino es en el que tu hermana te llevará a todos lados, te traerá toda tu tarea de la escuela y tendrá que comprarme todo lo que quiera?

Comienzo a reír - Estas dementé si crees que eso...

- En realidad analizando las situaciones con tu padre, hemos pensado que la más apta para cuidarlo eres tú, además asistes a la misma escuela así que podrás ayudarlo con eso

- No estás hablando en serio - No importa que mi mandíbula estuviera sostenida de mi cabeza, justo ahora estaba en el suelo

- ¡Toma eso mocosa! - Grito Henry mientras se echaba a reír y a sacudirse en la cama - ¡El que ríe al último ríe mejor!

No lo pude evitar, solo di un salto para estar cerca de su cama y poder golpear de lleno su pie.

- ¡MAMÁ! - Chilló

- Daphne compórtate estamos en un hospital - Se levanta de su asiento y viene hacia mí para alejar mis manos de Henry

- Me niego, me niego a hacerlo

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