Narra Michael Worthy:
Estoy matadísimo. Seis horas de entrenamiento seguidas fué demasiado.
Creo que lo único que me ayuda para seguir adelante es la meta de llegar a ser alguien grande y conocido en algún momento.
Si se preguntan que deporte practico es el voley. Dicen que soy bastante bueno y en realidad es algo que me encanta.
Despues de esas seis cansadoras horas, fuí al colegio.
Tengo diecinueve años y no los voy a deperdiciar para no ser nadie.
Además mis padres tienen una expectativa de mi futuro bastante interesante. Mi padre quiere que sea un buen abogado con los pies sobre la tierra y mi madre quiere que siga los pasos de mi padre para ser un médico super conocido y extravagante.
Como se darán cuenta mi familia es una de las más ricas de la alta sociedad. Ellos piensan que porque como somos ricos, tenemos que hacer algo que sea de nuestro nivel y no que sea de la baja.
Pero yo no pienso lo mismo, por eso estudio en una universidad de arte. Estudio para ser músico.
A mis padres no les agrada demasiado, pero es lo que a mí me gusta y no voy a dejar que nada me impida seguir.
Después de cuatro horas seguidas de estudio, llegué a mi departamento.
Ya se estaban por cumplir dos años de que me había ido a vivir solo. Decidí que ya estaba demasiado grande como para vivir con mi papás, así que aproveche algo de la plata que me daban cada mes y la usé para comprarme un departamento bastante cerca de la universidad y cerca del club para entrenar.
Cansado me tiré en el sillón, no sin antes agarrar un refresco de la heladera. Comencé a hacer zapping, hasta que tocaron el timbre. Suspiro y decido levantarme, ya que estaban tocando reiteradas veces el timbre.
-¡Eh amigo!- mi mejor amigo, Jack se encontraba parado del otro lado de la puerta.
-La próxima toca una sola vez el timbre- le dije medio retándolo. Me regaló una sonrisa y chocamos los puños como forma de saludo.
-Estuve hablando con los chicos- comenzó a hablar mientras se encaminaba al sillón para tirarse cómodo sobre este- y pensamos que podíamos ir al bar de Marty a tomar algunas copas e ir a conocer a un par de chicas, ¿qué te parece?- finalizó mirándome detenidamente.
-No se, estoy demasiado cansado y tengo trabajos de la universidad para mañana.- dije verdaderamente estresado por pensar que tenía que hacer muchas cosas- Además, vos tenés trabajo y yo tengo que ir a ver a mis padres- terminé de decir para negarme rotundamente.
-Vos bien sabés que mi viejo es mi jefe, así que por ese lado no te hagas problema. Por la parte de tus viejos, es más complicado.- hizo una mueca media rara- Pero vamos, tenés que relajarte un poco.
-Bueno, vamos- finalizé la conversación rendido.
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Ya estábamos llegando al bar. El gran cartel anunciando "Marty's bar" brillaba por toda la cuadra.
Cuando entramos, el ambiente era tan familiar. El bar de Marty lo conocimos cuando nosotros todavía estábamos en la preparatoria, todas las reuniones de nuestro grupo eran en ese lugar.
Sin dudar lo primero que hice fue acercarme a los chicos para saludarlos y después me dirigí a la barra para saludar a Marty.
-Ey Mike- alzó un brazo con la mano abierta, para esperar que su mano y la mía se juntaran, como en forma de saludo.
-Marty, ¿qué onda?- una vez que separamos las manos, me dediqué a sentarme en una de las banquetas que se encontraban allí.
-Ya te andaba extrañando campeón- me miró mientras estaba secando un vaso con una rejilla medio vieja.
-Estuve con mucho entrenamiento y muchos trabajos para la universidad.- le comenté el porque de mi falta de visita en el bar- No sos él único que me tenía como desaparecido.
-Bueno, bueno jajaja. Decime que te sirvo- me ofreció Marty.
-Lo de simpre.Después de un tiempo, ya acompañado de una botella de cerveza, me quedé sentado en la barra mirando a la nada.
-¿Me podes dejar en paz?- escuche una voz medio elevada de una chica, que también se encontraba sentada en la barra acompañada por un tipo y por lo que ví me parece que no lo conoce. Traté de reconocer a la chica pero me fué casi imposible.
-No me toques.- la voz que provenía de la chica se hacía bastante familiar.
Me dediqué a mirar mi cerveza y a tratar de no darle bola a el problema de los enamorados. Pero el ruido de un ruido chocante me hizo voltear la cabeza.
Lo que vi en verdad me impactó, el chico con la mano es su mejilla y su cara levemente girada para la derecha. La reacción de este fui peor de lo que hubiese imaginado sinceramente.
-¡Soltáme pelotudo!- el chico la había agarrado del brazo. Ella se movía tratanto de aflojar su agarre.
La gente empezaba a solo dedicarse a mirarlos. Nadie pretendía hacer nada, yo tampoco. Hasta que ví que la chica era la misma de la otra noche.
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Espero les guste. Pronto va haber más.
Besoooooos.
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Vida Adolescente
Teen FictionElla era común, antes de que sus padres se divorciaran y todo se ponga de cabeza. Alcohol, drogas, cigarros y cortadas pasan por su vida, hasta que un chico llega para volver a estabilizar su vida y hacerla feliz. Una chica adolescente, una vida y l...