Todo seguía tranquilo, ya era de noche. Me quedé en la plaza aprovechando de que mamá se quedaría de guardia hoy. Después de haber estado un par de horas mirando a la nada, decidí levantarme e ir a un kiosco a comprar cigarrillos. Si, no me digan nada, el vicio me devora lentamente, lo sé. Pero no lo puedo dejar sabiendo que me hace mal, pero a la vez tan bien en estos momentos. Una vez que regresé a mi lugar, decidí abrir la cajetilla y sacar un cigarro para ponérmelo en la boca.
-No sabía que fumabas- dijo una voz detrás mío. Me volteé ligeramente para ver quien era y tan solo cuando lo hice, decidí no haberlo hecho.
Ahí se encontraba, Lucio DiPablo, a mis espaldas. Me imagino que se preguntarán quién es ese, bueno ahí va la historia. Él es nada más ni nada menos que el novio de la estúpida y arrogante Becky Jenner, si así es, la más popular del colegio. Fue mi mejor amigo desde que eramos pequeños, pero cuando Jenner se había interesado en él solo para usar su plata (ya que sus padres eran ricos), dejó que el ego y la popularidad se le subieran a la cabeza y me dejó re tirada como un perro abandonado. Sí, por ahí estoy exagerando demasiado, pero me dolió que mi propio ex mejor amigo no estuviera para mí de un día para otro. En fin, él me dejó de hablar para dedicarse a tiempo completo a su novia y así fue como nos empezamos a distanciar
-No parece importante para vos lo que yo haga o no- le respondí secamente. Vi por el rabillo de mi ojo que se acercó a mi lado y prosiguió a sentarse, evitando mi cara de enojada. Automáticamente lo miré con incredulidad, no podía creer que después de tanto tiempo venía a hacerse el amigo otra vez
-Sabes que para mí es importante que no te hagas daño- me dedicó una sonrisa con los labios cerrados- No queremos volver a lo de antes- finalizó acariciándome el pelo, mientras yo miraba al frente.
-¿Sabes qué? Ya es tarde para que te vuelvas a preocupar por mí.- le dije quitando su mano de mi pelo y mirándolo de frente con rabia- Ya volví a lo de antes y vos no estabas ahí para ayudarme- me levanté agarrando mi mochila rápidamente y salí casi corriendo del lugar dirigiéndome a mi casa.
Ésta no se encontraba tan lejos, estaba a dos o tres cuadras máximo. Llegué a mi casa y lo primero que hice fue pensar en mi vieja, a los segundos de pensar en ella grité para ver si estaba en casa.
*Estúpida, ella está trabajando*- mi mente me reprochó haciéndome acordar.
Cerré la puerta con llave y me encaminé hacia mi cuarto. Ésta estaba bastante desordenada. Pero sólo necesitaba buscar una cosa importante para mí, además de los cigarrillos y el celular. Así que eso hice, me dirigí a mi escritorio y lo moví lentamente, para poder evitar que algo se caiga de arriba de éste. Atrás del mueble se encontraba una pequeña caja, decidí tomarla y llevarla entre mis manos hasta el baño conectado a mi dormitorio.
Abrí la caja y ahí estaban, pequeñas cuchillas se encontraban en el interior de ésta. Tomé una entre las yemas de mis dedos y lentamente la pasé por mi muslo derecho. Sangre brotaba de la pequeña herida que me acababa de hacer. Uno, dos, tres cortes, así hasta llegar al contador a cinco. Los recuerdos venían a mí. Cuándo mis papás se separaron, cuándo peleaban, cuándo el iba a emborracharse después de cada discusión. Después de terminar con mi muslo derecho, pasé al izquierdo. Ya iba tres cortadas cuando me acordé de todo lo que había pasado, lo solitaria que estoy, cuándo mi mejor amigo me abandonó, cuándo mi mejor amiga se cogió al chico que me gustaba (que era el chico más popular de la escuela, pero eso es una larga historia y otro día se las voy a contar). El contador llegó hasta siete, salía demasiada sangre y por un momento me quedé paralizada viendo todo el error que había cometido, pero en un momento me moví, tomando una toalla del armario que había en el baño y mojando ésta en un poco de agua fría, para que calmase un poco el dolor. Agarré unas vendas y envolví las heridas. Después de que me vendé las dos piernas y ordenar un poco el baño para que no quede hecho un desastre, me dispuse en ir a buscar en mi armario unos pantalones largos de pijama para después ponérmelos para ocultar las heridas. También agarré una musculosa negra y me la puse. Se notaban algunas cicatrices en mis muñecas por heridas anteriores, pero ninguna fue demasiado llamativa para llamar la atención de mamá.
Me acosté en la cama, observando las pequeñas cicatrices y acariciando sobre estas. Entonces de un momento a otro empecé a cantar.
"Now I'm a warrior
Now I've got thicker skin
I'm a warrior
I'm stronger than I've never been
And my armor, is made of steel, you cant get it
I'm a warrior
And you can never hurt me again"Cuando terminé de cantar, solo me dispuse a cerrar los ojos. Estaba demasiado cansada para soportar más cosas.
*Mañana va a ser un gran día, - me dijo mi mente intentando subirme el ánimo- ahora solo descansa*
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Espero que les guste y que me dejen comentarios con sus opiniones. Si les gustó voten y nada, los veo el lunes que viene.
La canción que canta Steph es Warrior de Demi Lovato. Espero que les guste la canción
Besos, los quiere...
Coti
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Vida Adolescente
Teen FictionElla era común, antes de que sus padres se divorciaran y todo se ponga de cabeza. Alcohol, drogas, cigarros y cortadas pasan por su vida, hasta que un chico llega para volver a estabilizar su vida y hacerla feliz. Una chica adolescente, una vida y l...