Salvar a Dim

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«Así que, ya que ha pasado dos veces, debemos estar alerta. Cuando se trate de demasiado amor y romanticismo no hay mucho por lo que preocuparse, pero el odio y la rabia podrían hacer que nos matáramos una a otra, como casi ocurre»

Aquellas palabras poco optimistas las había dicho sinceramente Regina antes de que se durmieran, abrazadas y finalmente con dos expresiones serenas en sus rostros, a pesar de que ambas habían llorado mucho: Emma hablando de los abusos que sufría por parte de sus padres de acogida, Regina hablando de Cora, que la controlaba y la hería por medio de la magia. Había sido un gran paso hacia delante, y al final las dos sabían todo de la otra...o al menos así lo pensaban.

Una mano se apoyó en la mejilla de Regina, acariciándole la fría piel con los dedos. Pero aquellos dedos apenas la rozaban, para que no pudiese despertarse. Y además ella no era digna de tocarla, porque, si Regina se había redimido y había cambiado mucho en aquellos años gracias a Henry y a Emma, ella, en cambio, nunca había tenido a nadie que estuviese dispuesto a ayudarla, a salvarla de la maldad y llenar el vacío de su oscuro corazón; también porque las únicas personas que podrían hacerlo, ellas los había matado o asustado hasta la muerte.

«Siento mucho lo que estoy haciendo» dijo una voz ronca, que la hacía parecer más vieja de lo que era; había que decir, sin embargo que, ella se había quedado veintiocho años bloqueada en el tiempo, como las otras personas de tantos mundos, así que en realidad, tendría más años.

Su mirada se posó en Emma, que dormía plácidamente entre los brazos de la compañera, y después desvió la mirada rápidamente hacia el encantador rostro de la morena.

«Estaremos juntas. Solo debo alejarte de Emma y de Henry, y entonces finalmente comprenderás, sabrás la verdad...Al final, solo dos pueden pasar. Y tú decidirás quién» continuó, con una sonrisa que escondía el miedo de no ser elegida.

Después, como había llegado, desapreció en una pequeña nube violeta, mientras Regina se despertaba sobresaltada, sentándose, con la respiración entre cortada. También Emma abrió los ojos, atontada por el sueño, y dijo

«¿Qué ocurre?» con la voz aún adormilada

«No...no lo sé. Creo que he tenido una pesadilla» dijo la morena, volviendo a los brazos seguros de su novia.

«¿Te apetece contármela?» preguntó la muchacha, acariciando lentamente sus cabellos, que estaban creciendo muy rápido.

Regina asintió, con la cabeza colocada en el hueco de su cuello, y comenzó a decirle lo que recordaba.

«He visto....a mi madre. Me ha dicho que lo sentía mucho; imagino que hablaba de todo lo que me hizo. Después su rostro comenzó a temblar, como si hubiese otro detrás y el de Cora solo fuera una máscara. Y ella decía de quería separarme de ti y de Henry, para que pudiera estar con ella. Quizás voy a morir...» supuso asustado Regina

«Hey, no, ¿pero qué estás diciendo?» dijo Emma, despertándose del todo «¡No vas a morir! Quizás esto es un plan de la autora para asustarnos. Y además antes moriría yo en tu lugar, los sabes»

Regina sonrió, consciente de que nunca la dejaría hacer una cosa parecida. Sin embargo aquel amor de Emma la hacía sentirse tan segura, tan protegida que no quiso estropear el espíritu de sacrifico de su Salvadora, así que no replicó nada y siguió contando el sueño.

«Y después, de nuevo aquella frase: solo dos pueden pasar. ¿Qué quiere decir?»

También Neal y Daniel lo habían dicho, y las dos habían pensado sobre ello horas, además de por qué habrían aparecido, pero no tenían ninguna teoría. Cosa que no señalaba nada bueno, porque quería decir que algo importante se les estaba escapando.

Operación familiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora