Operación familia

La primera promesa

«Regina, ¿se puede saber qué te pasa?» preguntó con rabia Cora, al notar el comportamiento arisco y el malestar de la hija en los últimos días.

« Nada, madre» dijo, mientras las costureras le cosían el vestido de novia que llevaba encima

«Has engordado» constato la mujer, viendo que lo estaban ensanchando.

En aquel momento Regina comenzó a temblar de miedo, porque ella sabía que antes o después Cora la descubriría. Igual que había descubierto al hombre que amaba, y al que había matado algunos meses atrás.

«¡Salid, rápido!» gritó Cora a las costureras, que no se lo hicieron repetir dos veces y escaparon enseguida de la estancia «¿Estás embarazada?»

«Y..yo...»

«¿Estás embarazada de aquel asqueroso palafrenero?» gritó lanzándola contra la pared con magia

«M-madre, sed razonable...Llevo un bebé en el vientre» balbuceó Regina, haciéndose pequeña ante el pánico.

«No por mucho tiempo» afirmó Cora

Rápidamente, tomó uno de sus libros de magia y comenzó a consultarlo, pasando las páginas de modo veloz y nervioso. Regina estaba muy asustada de lo que podría hacerle, porque esta vez no se trataba solo de ella, sino que hiriéndola a ella, Cora podría dañar a su pequeño...al hijo que Daniel le había regalado, quizás como un recuerdo de que él siempre estaría en su corazón.

«Lo encontré...» murmuró la mujer «No te rebeles, o el bebé podría morir. Y nosotras no queremos eso, ¿verdad?»

Regina sacudió la cabeza en signo de negación, y después se sintió atravesada por una sacudida que le recorrió de arriba abajo, concentrándose después en el vientre. Chilló. Después vio algo, un espíritu que pasaba de ella a Cora, y solo entonces comprendió lo que estaba haciendo: estaba robándole a su bebé.

«¡No!» gritó, retorciéndose, pero no sirvió de nada, porque todo había acabado «¡No...no podéis quitármelo, no podéis!»

Cora sonrió y se acercó a ella, acariciándole el cabello. Después dijo, mirándola a los ojos

«Solo intento que seas feliz. Por eso no recordarás nada de este bebé»

Hizo un gesto frente a su cara y todo despareció.

«¿Cómo es posible que Regina tenga una hija y no nos lo haya dicho?» exclamó Snow, literalmente atónita ante aquella noticia.

Pero no tanto como Henry que continuaba mirando el libro con mirada vacía. Y pensaba en qué hubo pasado realmente, en cómo Regina había perdido una hija...o quizás la había abandonado, como Cora había hecho con Zelena. Pero después se dijo que su madre nunca habría abandonado un hijo, al menos con él no lo habría hecho.

«Henry, sé que es un shock descubrir que tienes una hermana...» comenzó cautamente Charming.

«¡Esa no es mi hermana!» respondió ácidamente el muchacho «¡Solo es una mala persona que les ha hecho daño a mis madres, y a la que odio con todo mi corazón!»

Tras decir esas palabras, se marchó. James hizo amago de seguirlo, pero su mujer lo detuvo, aferrando su brazo.

«Necesita estar solo» explicó «Y nosotros necesitamos comprender cómo es posible todo esto. Debemos reflexionar, y debemos...bueno...debemos intentar...»

«No podemos hacer nada, Snow» le dijo con dulzura el hombre, acogiéndola en un abrazo «Ahora les toca a ellas hacer lo correcto. Y lo correcto es detener a esa muchacha, antes que haga más daño»