Prendimos una fogata por la noche, y nos acurrucamos a su alrededor para tener más calor.
Estaba componiendo más canciones que de costumbre. Esa era la única forma de decir lo que pensaba y sentía.
Así que ahí estábamos. En la nada, componiendo mientras el aire fresco entraba a tu diafragma para después escuchar tu hermosa voz.
-Me encanta como cantas- Sonríes avergonzada.
-A mi me encantas tu- Respondes haciendo que el momento sea más cálido.
Las canciones que ahora he compuesto para ti, son todo de mi. Te he dado todo lo que tengo.