Recorriendo la misma rutina, y trayecto hacia el parque, salí un poco más tarde de lo normal de la universidad. Los proyectos y exámenes estaban cerca. Ahora solo quería relajarme y platicar con Elizabeth.
Llegué y me senté en el pasto, abrí el estuche de mi ukulele y te vi.
Sentí que mi corazón se partía en diminutos fragmentos, rotos por ti. No sentía el oxígeno llegar a mis pulmones y mi vista se nubló.
¿Qué haces besando a ese tipo?
Me has visto, pero yo me fui enseguida.
Hoy no hay canciones, ¿Por qué habría de haberlas? La confusión corroe mi ser.