Canciones

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Entré a la cabaña,cerrando la puerta detrás de mi, lentamente y sin prisa. Como la primera vez que estuvimos ahí. 

Recorrí con mis dedos algunas paredes con las que me topaba a mis costados mientras caminaba, respiraba profunda pero tranquilamente. 

Casi podía sentir tu olor, recordé cada cosa que hicimos los días que estuvimos juntas en la cabaña. Tus ojos, tus labios, tus abrazos, los desayunos, mis canciones, todo. Todo lo que quería estaba ahí, petrificado. Sonreí ligeramente al pensar en todo esto. 

Las lágrimas se negaban a salir de mis ojos, pero al final ganaron. Ya no podía más, sé que tu fantasma me perseguirá por el resto de mi vida, Elizabeth, fuiste mi primer y estoy segura de que el más grande amor. Pero me traicionaste y aún así, si te perdonara, sé que no podría ser lo mismo nunca, porque rompiste la confianza que te tenía, y el cariño también. 

Me senté en una silla del comedor, limpiando mis lágrimas desesperadamente, saqué de la mochila que traía una carpeta. 

Una carpeta llena de canciones. Las canciones que te compuse, todas y cada una de ellas. 

Comencé a leerlas, a ver la notación. Cada sonido imaginario dolía. 



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