"Adicto a Ti" (+18) | NaruSaku

¿Novia...?

-Capítulo 4-

Genial.

Simplemente genial.

No era suficiente con la rabieta infantil que acababa de crear, sino que ahora Ino estará presente para burlarse de ello.

Un repentino dolor de cabeza apareció.

Suspire mientras que con mis dedos apretaba levemente entre mi nariz y ojos, en señal de frustración.

Me levante pesadamente para luego quedarme estática por unos segundos.

-¿Que se supone que haga ahora? -murmuré algo indecisa.

No, para empezar, debería dejar que venga?
Quiero decir, hay un drogadicto ahora mismo en mi casa, no importa como lo veas, dudo que se sea buena idea el siquiera considerarlo. ¿y si algo llega a salirse de control?

Ugh, ¿como saberlo? Hasta ahora Naruto ha sido el chico más impredecible con el que me he topado.
Bueno, sin contar a Ino, pero hasta donde sé ella es mujer. (?)

Aunque por otra parte, no creo poder hacer mucho para evitar que venga.

Quiero decir, es Ino.

Esperen.

Me olvidé de Hinata. (Quién no? :v)

Es demasiado tímida y asustadiza, sabiendo eso, a Ino se le ocurre traerla?

Volví a sentarme.

Volví a suspirar.

Me rindo. Supongo que no me queda mas que esperarlas y rezar. En especial rezar.

Miré el reloj. Era casi la 1:00 pm.

-Supongo que tomaré un baño. -dije para luego subir a mi habitación.

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*Con Naruto*

Se notaba que estaba aburrido. No tenía ganas de hacer nada, pero tampoco tenía sueño o algo parecido.

Se levantó de la cama para luego mirar hacia la ventana por un rato.

Se sentía sofocado en esa casa, pero... Tampoco sentía la urgencia de salir de ahí, ya que, ¿a donde iría?

No tenía ningún maldito lugar al cual regresar.

Ya no.

Apretó fuertemente los puños.

Tomó su mochila para posteriormente abrirla, pero un repentino grito lo detuvo:

-¿¡INO VA VENIR?!

Hizo una mueca de desagrado.

"Que ruidosa." pensó.

Inesperadamente, tras escucharla, sus ganas de aquello se habían ido.

-Mierda. -murmuró frunciendo el ceño.

Se sentó frustrado para luego revolver sus largos y rubios cabellos con sus manos.

Aparte de frustrado, seguía aburrido.

Suspiró pesadamente para luego caminar lentamente hacia la puerta.

No tenía nada que hacer, así que, ¿porqué no?

Al salir, no vio nada en especial. De hecho, nunca había estado en un lugar tan pacífico y callado.

Lo cual, irónicamente, no lo hacia más que sofocar aún más.

Todo estaba en silencio, a excepción de una habitación.