15 razones para no ser una chica

Octava: Chicos

Adele. Mi mayor enemiga, logre hacerla enojar, y probé que su punto débil, como el de cualquier otra chica es, chicos, otra razón por la cual no hay que ser una chica y para mi la mas importante en estos momentos, es la razón, es el punto débil que mas le duele a Adele, aunque debo de admitir me siento mal por lo de Bram, pero, valió la pena, ya que lo de Charlie es posiblemente aun peor, es mi secreto mejor guardado, el que mas me aterra y daría todo para seguir guardándolo. Mi plan es simple, si adele quiere hacerme sufrir con chicos, atacare fuego con fuego,  en fin, ya hice mi movida con bram, ahora tendría que ser mas lista y mover bien mis piezas.

Comencé el día con la rutina de siempre, me puse ropa linda, elimine el color rosa de mi armario y me puse una camiseta de nirvana algo escotada, para que no me criticara adele, cuando baje adele me indico, por primera vez que me sentara a su lado, en el asiento de copiloto, me sentí emocionada, la persona que se siente a lado de adele automáticamente es la segunda persona mas popular, lo cual significa que me gane su confianza, pero eso fue lo mas raro de todo, después de que salió furiosa de la cafetería ayer, tal vez ese era su plan, que bajara la guardia, ella como yo, piensa que es mejor mantener a los enemigos cerca, ese era su plan, adele estaba como siempre platicando y sonriendo como tonta por todo, yo hacia lo mismo, platicando como todas las veces, siendo una chica.

Bajamos del auto, entramos a la escuela con una entrada triunfal, aunque se que es raro, es genial ser popular, todos parecen cumplir tus deseos, todos parecen notarte, era increíble, era como si una sonrisa tuya significara el autógrafo de un increíble cantante de moda, todos buscaban tu satisfacción, tu aceptación, todos te amaban y realmente me gustaba esto de la realeza adolecente. En fin pasaron las clases y entramos a la cafetería, atrayendo todas las sonrisas, todas la miradas de la gente, compramos algo de fruta y nos sentamos, no había visto a los chicos por ningún lado, seguro me estaban evitando, adele comenzó con un discurso muy largo de su madre y lo increíble que era su asesor de moda, yo no entendí nada y mire a otro lado, entonces llego Rebecca sentándose en la silla que sobraba, Rebecca era la directora del periódico escolar y futuramente mi salvadora, era el tipo de chica que adele llamaba matadita, nerd, y mas cosas.

-hola- saludo sonriente, Rebecca era bajita y flaquita, con lentes grades y la nariz pecosa, adele la miro como si fuera un insecto y dijo

-¿alguien te invito a sentarte?- yo me quede callada mirando y pensando en los ovarios que tendría Rebecca para sentarse así, sin ser invitada ni nada.

-oh lo siento, no sabia que necesitaba el permiso de su majestad- dijo parándose de la silla y asiendo una reverencia- le aseguro mi lady que para la siguiente le pediré su permiso- en ese poco tiempo que la conocí la admire, adele soltó un soplido y dijo

-¿Qué quieres?-

-quiero escribir sobre ustedes, las chicas populares- adele y lucia sonrieron orgullosas, yo me limite a mordisquear mi manzana

-¿Qué cosas escribirías?- pregunto lucia

-pues seria algo así como una entrevista sobre sus opiniones de la moda, sus gustos, todo lo que se necesita para ser una chica guapa-  Las tiene, pensé, era increíblemente inteligente, supo como ganárselas.

Entrevisto a cada una por separado a lo largo de todo el día, ninguna supo lo que las otras decían, mientras tanto recurrió todo normal, bueno casi todo, en historia el maestro no fue porque su adre estaba grave en el hospital, y después de mucho tiempo pude hablar con Erick en clase, ya que no podía por adele, pero no estaba adele y me parecio un buen momento para disculparme por lo de bram de nuevo, aunque no veía por que debía disculparme.

-hola- dije sonriéndole, el me miro sorprendido y dijo

-¿también a mi me besaras?- yo me ruborice un poco de las mejillas y le dije

-claro, ven mi amor- dije parando mis labios, el sonrió

-temía que hubieras pasado al lado oscuro de las chicas, pero seguirás siendo wynna- yo sonreí

-por supuesto y dime ¿como están los demás?- el pensó primero antes de decir algo y dijo al final

-bram estudiara en Harvard- sonreí, me sentía orgullosa y feliz por el- lo has cambiado, james, bueno, después de que te beso, ya no ha besado a nadie- aquello me hizo abrir los ojos como platos, imposible, el era James, el grandioso y guapo James, el nunca haría eso, a menos que…estuviera enamorado, entonces comprendí lo que me quería decir, esos dos se habían enamorado de mi.

Deje a un lado esos pensamientos que me terminaron incomodando y dije lo que tena que decir-bueno, me vine a disculpar por lo de Bram- dije arreglando mi cabello

- tienes derecho a hacer lo que quieras- dijo con la mirada en mi

-¿Cómo has estado?- el asintió, lo cual significaba que no me diría- Bueno esta bien, no me digas, ¿y que hay de chicas?- pregunte picaronamente

-¿Qué hay con ellas?- dijo indiferente, vio mi expresión y dijo claro y fuerte.

-te amo- aquellas dos palabras, cinco letras y un significado, quedaron hundidas en un silencio eterno que se hizo en toda la clase- querías saber ¿no?- aquello me dejo boquiabierta, nunca había conocido a alguien tan directo en mi vida-  y también están enamorados de ti James y Bram, ¿ya te habías nado cuenta, no?- yo asentí.

-increíble, maldita perra- dijo Adele, volteé hacia la puerta y allí estaba junto con Rebecca, adele se retiro con los ojos llorosos, todos me voltearon a ver y como si fuera algo involuntario tomaron el celular y teclearon.

-Vamos, te toca- dijo Rebecca en la puerta, yo me pare de mi silla y seguí a adele, pero Rebecca me tomo del brazo y me dijo- necesita tiempo sola, vamos-

Caminamos hacia la sala del periódico, todos me miraban y murmuraban, en solo cuestión de segundos ya todos se habían enterado,  entramos a la sala del periódico y platicamos, de cosas que sinceramente no importaban en ese momento, respondí con indiferencia, al poco rato Rebecca dijo.

-oye, necesito algo mas sobre ti, no seas tan cerrada- yo la mire y dije

-lo siento, es que….- mis palabras se quedaron en el aire, ¿Qué me pasa? ¿Qué debería decir? ¿Por qué no termine la frase? Entonces encontré que era lo que realmente me importaba, como debia de terminar esa frase, Sentí una enorme satisfacción al ver las lagrimas de alguien mas ¿Quién realmente soy? ¿esta soy yo?