Pov. Max
El atardecer era simplemente hermoso e hipnotizante. La brisa, aunque fria, le daba un toque encantador al bosque. Me daban ganas de escalar un árbol y sentarme a contemplar el crepúsculo. Por desgracia tenía el presentimiento de que cierta persona podría andar rondando entre los árboles. Y la verdad, lo último que quería era encontrarlo.
Un poco sonrojado, seguí caminando hacia la entrada de la casa. Hasta que un brillo peculiar me llegó al rabillo del ojo izquierdo. Me voltee con cuidado y noté que entre el comienzo de la negrura de la noche, se podían apreciar dos pequeños faroles de color verde a pocos metros de distancia.
Me acerqué, tal vez mi instinto natural de supervivencia me habria convencido de que lo mejor era salir corriendo hacia la casa, pero la verdad era que la curiosidad me mataba. Cuando estuve a pocos metros de unos arbustos, noté que aquellos ojos no dejaban de mirarme con atención.
Aun no sabia con que tipo de animal estaba tratando, solo era consciente de que no era ningún amiguito.
-Venga, no tengas miedo, no te haré ningún daño.
Si, parecía totalmente ridículo que le hablara a un animal, pues estaba claro que no me iba a contestar, mas la respuesta que recibí fue asombrosa y parecia biológicamente imposible que algo asi existiera.
El animal habia salido sin ningun problema de su escondite, y ahora podía apreciar, con la luz de la luna, que aquello que me espiaba era nada más ni nada menos que un lobo.
Retrocedí unos cuantos pasos poniendome alerta. No precisamente porque fuera un animal salvaje, mas terror me causaba sus dos metros de alto.
No despegué mi mirada de él en ningún momento. Me quedé quieto y alcé las manos por inercia, tenía que mantener la calma, con el tamaño que se llevaba era posible que de un mordisco me arrancara la cabeza.
El lobo ladeo su cabeza y se comenzó a acercar lentamente. Cerré los ojos y esperé algún ataque.
De repente abrí los ojos de golpe, el lobo tenia puesto su osico en mi mano derecha, me miró directamente a los ojos y la sensación que me causó logró que todo el miedo se desvaneciera. Acaricié lentamente esa zona y era muy suave. Sonreí un poco y tuve el atrevimiento de tocar su cabeza. Su pelaje era sumamente suave y hermoso.
-¡Max, alejate de eso!
-¿Abuela?- giré el rostro y noté que la silueta de la abuela se acercaba corriendo.
Cuando estuvo a un metro, me volví para ver al lobo pero este ya había desaparecido. Extrañado me quedé mirando el sitio donde antes estaba, miré a los alrededores y no había rastro.
Pronto sentí el peso de mi abuela detras de mí, me estaba abrazando y poco después la sentí hablar mientras me sacudia de los hombros. Pero la verdad era que no la estaba escuchando, la sentía tan lejana como un sueño, hasta que sentí unos sollozos.
En ese momento salí de mi trance y miré a la abuela la cual se encontraba llorando.
-Max, perdóname, hijo mío, en serio lo siento mucho. Si te hubiera hecho algo esa cosa, no me lo habría perdonado.
-Abuela, cálmate. Solo era un lobo y no pasó nada, yo también me asusté pero no era para tanto.
-No, no estas entendiendo Maximiliano- habla con la mirada perdida- lo siento, intentamos ocultarlo pero creo que es tiempo de que sepan la verdad.
-¿De qué estás hablando, abuela?
-Max, tus padres y yo intentamos buscar una solución a este problema mucho antes de que ustedes nacieran, y lo último que queríamos era involucrarlos a los dos, porque pensabamos que podían llevar una vida normal sin enterarse de nada, pero la verdad es que no puedo aguantar más. He llevado este peso durante mucho tiempo y creo que es momento de que sepan la verdad.
-¿La verdad de qué, abuela?- pregunté mirándola a los ojos
-De su origen y del motivo por el cual están aquí. Busca a tu hermano y traelo lo más pronto. Ellos ya están cerca.
No tenía ni la menor idea de lo que Roxanna quería decir, pero a juzgar por su mirada tan llena de desespero y la seriedad y el dolor con el que hanlaba, sabía que a lo que fuera que se refiriese tenía un problema bien gordo, y que aquella "verdad" sería muy difícil de digerir y enfrentar.
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Un Amor Poco Natural (Gay-Yaoi)
VampireAlejandro y Max Blackers son dos hermanos que próximamente irán de visita a la casa de su abuela Roxana en una pequeña cabaña alejada de un pueblo. Lugar donde experimentarán cosas que cualquiera no estaría preparado.