Capitulo 8 - El Ataque

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El sol ya asomaba  tenue por entre las nubes  cuando desperté.  Habia tenido una noche de sueños agitados por lo que no me costo despabilarme, decidí levantarme para desayunar tranquila, ducharme y preparar mi arma y mi mente para lo que sucedería esa noche. 

No tuve mas charlas ni contacto con Daryl luego de la noche anterior y aun sonaba en mi mente la promesa que le había hecho. Debo decir que me arrepentía de ello por que no estaba segura de como podría salir todo, no me daba miedo morir pero no podía lidiar con la idea de abandonarlos allí si algo salia mal. 

 Ya llegaba la tarde y aun teníamos varias horas de luz por delante cuando partimos. Estuvimos en la carretera por un par de horas buscando a un caminante que se pareciera al idiota de Gregory. Al fin hallamos uno que quedo perfectamente parecido luego de que Rick le asestara dos golpes duros en la nariz deformándosela para que tuviera sentido el cuento de que el tipo de La Cumbre se había roto la mano al pelear con Gregory para finalmente degollarlo. Rick no dejaba de sorprenderme con sus duras reacciones y acciones y la manera en que había ideado el plan de ataque, verdaderamente era un hombre para temer.

Ya era la noche y teníamos bien rodeado el lugar, estábamos listos para el ataque. El edificio era enorme, rectangular, con una entrada amplia cubierta de verde pasto descuidado y una pequeña pasarela. Detrás había dos enormes antenas parabólicas y la superficie cubierta era de casi media manzana. En la parte trasera del lugar había una segunda planta que sacaba a un patio alambrado. Habíamos estado observando el movimiento por varias horas y ya de noche podíamos ver como este se reducía al mínimo. Solo dos guardias custodiaban la puerta, así que ya decididos nos pusimos en marcha. Faltaban unas horas para el amanecer aun cuando Rick dio la orden. El plan era que el hombre de La Cumbre llegara, esperara que salieran los guardias y les entregara la cabeza; luego ellos le entregarían a su hombre, una vez que estuvieran a salvo mataríamos a los guardias y entraríamos al recinto. Nos dividiríamos en grupos de dos para cubrir más terreno, yendo de habitación en habitación matando a quien nos encontráramos durmiendo o no allí y buscando la armería y el lugar donde guardaban las provisiones para asegurarlos.

Rick, Michone, Daryl y el hombre de La Cumbre redujeron a los dos guardias de la entrada. Luego de eso Glenn, Heath, Sasha y Abraham se les unieron para ingresar cual grupo comando. Tara, Gabriel, Rosita y Aaron, uno de los reclutadores que teníamos en Alexandria, esperaban en un auto cuidando la entrada del edificio por si acaso algunos corrieran escapando por ahí. Jesús y yo tomamos la parte trasera del edificio también con el mismo objetivo, aunque no estaba muy contenta sobre ello, yo quería estar adentro ayudándoles pero a pesar de mi resistencia Rick me lo pidió una y otra vez y no pude decirle que no. Igual yo sabía que esto era obra y pedido de alguien más.

Desde afuera parecía calmo, todo silencio por al menos veinte minutos o mas hasta que comenzamos a escuchar los disparos y de repente el sonido de una sirena.  A partir de ese momento todo se convirtió en una verdadera guerra. Mis ansias y nervios crecían y solo pensaba en lo que estaría pasando allí dentro. Quería ayudar.

 - Deberíamos que entrar – le dije a Jesús. En ese instante recordé mi promesa a Daryl y me pregunte si podría cumplirla sabiendo que estaban en peligro allí dentro con quien sabe cuántos de esos tipos.

- No, tenemos que quedarnos aquí Lucia, no podemos arriesgarnos a ir y que algunos escapen. Nadie puede sobrevivir de ellos, ¿está claro? – y tenía razón, no podíamos dejarlos vivos para que atacaran con más fuerza a La Cumbre o hasta Alexandria. Teníamos que matarlos, sobre todo ese tal Negan, si es que estaba allí.

En ese instante vimos como un par de hombres y tres mujeres escapaban por detrás, venían directo hacia nosotros y no nos habían visto. Con Jesús salimos decididos y sin titubear disparábamos a quemarropa contra ellos. Una de las mujeres, una colorada, me devolvía los disparos al tiempo que sostenía una radio y pedía ayuda, pero con un certero disparo le volé dos dedos de la mano logrando que la dejara caer. Jesús ya había bajado a los dos hombres y les grito a las otras dos mujeres quienes se detuvieron cuando éste directo les disparo rozándoles los pies. Me acerque a ellas y las obligue a que se tiraran al suelo, no quería matarlas pero lo haría si intentaban algo estúpido. No quería que Jesús tuviera que cargar con el matar a esas dos mujeres. En ese momento y fruto de los disparos unos caminantes aparecieron por entre los árboles y nos atacaron. Logramos matarlos pero la colorada aprovechando el descuido lanzo un cuchillo por detrás de Jesús clavándolo en su hombro, provocando que éste disparara al aire y las dos mujeres se pararon rápidamente para reducirnos.

Mirror of His SoulWhere stories live. Discover now