Me desperté en la mañana con un terrible sonido agudo que me hacía volar los tímpanos. No se por qué tenia tanta fatiga en levantarme. Pegué un manotazo al despertador y me levanté desganado.
Me di un baño y al terminar bajé al salon, donde me encontré con Jeremy tomando su café de todas las mañanas. Él notó mi presencia y sonrió burlesco.
—Vaya, que mal te ves —acomodé mi corbata y me senté a su lado.
—No fastidies, Jeremy —se rió y continuó con su café.
Mi teléfono comenzó a sonar.
—Hable.
—Señor, quería informarle de su reunión. Creo que se ha olvidado. El presidente de Google estará aquí en media hora —llevé la mano hacia mi cabeza.
—Gracias Emma por avisarme, lo había olvidado por completo —corté la llamada.
—¿Qué pasó? —me puse de pie con rapidez.
—La reunión Jeremy, con el presidente de Google —entrecerró sus ojos.
—¿No era mañana? —me frené en mitad de camino y lo miré serio.
—Es hoy.
—Maldición, esas margaritas de anoche, perdí la noción del tiempo —sonreí de costado y caminé hacia el elevador.
En el estacionamiento me crucé con Eduardo que me asintió con la cabeza, formalizando un saludo. Tomé mi coche y salí del estacionamiento con Jeremy siguiéndome por detrás. Jamás se me olvidaba nada, como puede ser que esta reunión tan importante se me haya pasado.
Llegué al establecimiento y todos me saludaron con formalidad. Ingresé al ascensor y me crucé con Sabrina, una empleada de aquí, que por cierto tuve algo con ella. Me sonrió con timidez y aferró sus carpetas contra su pecho haciendo que se notaran sus pechos. Sonreí con picardía.
Caminé rápidamente hacia la sala de reuniones donde me esperaba Emma, mi secretaria; y me entregó unos documentos muy importantes.
—Gracias Emma, siempre salvándome la vida —confesé.
De pronto Jeremy ingresó agitado.
—Pensé que ya estaban aquí —fruncí mi ceño y tomé asiento.
La reunión no fue nada interesante, se hablaba de cosas superficiales y que se suponía que no se iban a cumplir. Eran incompetentes. Solo cerramos los números y después de tanto besarles los pies aceptaron firmar el contrato para realizar un convenio con nuestro nuevo producto a fabricar.
Me dirigí a mi oficina y me quedé mirando la ciudad a través de los ventanales. Suspiré con profundidad y me volteé a sentir unos débiles golpes en la puerta.
—Adelante —me quedé observando al simpatizante que ingresó a mi oficina.
—Hola Sr. Burton —saludó con una voz provocativa. Arqueé una ceja y me acerqué a ella.
ESTÁS LEYENDO
VICTORIA [2# EMHEF]
RomanceSe enamoró de mí, de un hombre inestable y herido. Sentí el amor más sincero, me enamoré de ella, y supe que nunca sentiría tal fortaleza emocional por alguien. Ese era yo, Charlie Burton, un empresario que lo tenía todo y nada a la vez. * El pun...