Mentira sepultada

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Con el nombramiento de mentira
escucho a mi pesar en tu cuerpo,
un mar de miedos
del descubrimiento de la verdad inherente.
Pues consta en tu naturaleza
por más que te duela,
por más que finjas un pálpito incontrolado
del que fluye la sangre por tus venas.
Una tinta sin sentimiento
qué horror y qué espanto
mentir a cupido,
el de las venganzas eternas.
Y mientras persigas a Dafne
yo moriré en una tumba
de penas y codicias
en un bosque perdido
donde el sol olvidó el norte.
Sólo te pido
que no llueva la esmeralda
cuando sin más preámbulos,
se acabe el teatro
y me deshaga de tu felicidad falseada,
con un desolador adiós.
Cuento de las ciento veinticinco palabras
que inmortalizará mi corazón.



Lluvia sobre papelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora