A la madrugada

67 7 1
                                    

En una eterna madrugada
se unieron nuestras almas.

Aún recuerdo en la oscuridad,
que como el alba
alumbrando el camino
se escudriñaban tus ojos,
verdes esmeralda.
Dos joyas de otro mundo
que me observaban con ansias.

Aún recuerdo en el crepúsculo,
un fugaz rayo de esperanza.
Tus labios perfectos
fundiéndose en un beso
con mi alma.
Y como cuentan las historias,
la tempestad desató la calma.

Aún recuerdo en la noche
mientras la luna brillaba
cómo un deseo se convirtió en sueño
y cómo un sueño
fallecía a la madrugada
saliendo el sol por la ventana.

Lluvia sobre papelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora