Capítulo 2

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Narra Harry:

Llevaba días observándola: Cómo se movía, qué le gustaba, qué comía, a qué hora salía de la residencia.... 

Había estado semanas en Londres, buscando el instituto en el cual _____ estudiaba, hasta que al fin di con él. Me tenía loco, y se que parezco un psicópata, pero es sencillamente perfecta. 

He escuchado todas las idioteces que se dicen de ella... ¿Que es una vampiresa? Jajaja, pues es la vampiresa más atractiva que he visto en mi vida. Sus ojos, sus curvas, ¡esas curvas! Sus piernas, sus labios, su sonrisa (que pocas veces enseña)... Todo.

Vine de intercambio hace 2 meses. Primero me quedé en la casa de un amigo, pero después decidí mudarme a la residencia, ¡y qué buena idea! 

La primera vez que la vi, me quedé de piedra. Su personalidad de dura y chica temerosa me hace querer saber más sobre ella y el por qué de su comportamiento, pero sé que para ello, primero tengo que ganarme su confianza.

Cuando bajé a desayunar esa misma mañana, vi que acababa de ducharse, pues tenía el pelo todavía mojado. Llevaba unos pantalones blancos que realzaban sus largas piernas y una sudadera ancha que le daba un aspecto sexy. ''Quiere matarme'', pensé. La vi irse al comedor y sentarse donde normalmente desayuna, siempre sola. Hay veces que me quedo observándola durante minutos hasta que se levanta y se va. Pero esa mañana no pude aguantar las ganas de hablar con ella.

Cuando me acerqué, la cara de asco que me puso me hizo bastante gracia y más aún las preguntas que me empezó a hacer. De un momento a otro me senté en frente suya, para sorpresa de _____, y le dije mi nombre, por lo menos quería hacerla reír, aunque fuese para ver cómo se producía la magia de su sonrisa. Y lo conseguí. Cuando lo hice, miré el reloj y me fui. Esa chica me está volviendo loco y apenas la conozco, pero eso hoy iba a cambiar, ya que por fin me habían admitido en Wildonford, su instituto, y el encargado de hacer que _____ y yo nos juntásemos.

Al llegar allí, la secretaria de administración me pasó mi horario y para suerte mía, me tocó la misma clase que mi querida _____. Llegué al aula y me quedé hablando con un señor bastante simpático pero con la voz más monótona que había escuchado en mi vida. Dijo que él era el profesor de Historia y que ahora teníamos su asignatura. ''Me voy a dormir con su voz'' Pensé. Cuando entramos, la gente se quedó en silencio y busqué con la mirada a _____, la vi al final de la clase, sonriendo por un chiste que sólo ella conocía y haciendo caso omiso al profesor, hasta que él dijo mi nombre... Entonces ella levantó la vista, y su cara cambió de inmediato.

Narra ____:

Mierda, mierda, mierda y más mierda.

¿Y este niño qué coño hace ahora aquí? ¿De intercambio? Ni de coña. A mi a ese bicho que no me lo pongan cerca, que bastante rarito es ya como para tener que aguantarle.

— Harry, como el único sitio libre que queda es al lado de la señorita Moore, espero que no le importe sentarse a su lado.

¿Al lado de la señorita Moore? Me cago en su perro, profesor.

— Eh, profesor, no creo que eso sea buena idea. — Dije inmediatamente.

Se escucharon siseos que ignoré. Pero a mi al niño ese NO-ME-LO-PONEN-AL-LADO.

— Bobadas señorita Moore, así le podrá ayudar en todo lo que necesite.

Miré a Harry, cuya sonrisa no podía ser más ancha y estúpida. 

— Profesor, a mi me parece una gran idea.— Intervino el chico.

Ay la madre del cordero asado, como no se calle, le meto la silla por las orejas.

— Pues decidido. Señorita Moore, por favor, haga el favor de comportarse y ayudar a su compañero.

— Claro que si profesor, ahora mismo. — Dije con todo el sarcasmo posible.

Harry me miraba con cara divertida. Claramente estaba disfrutando de la situación. ¡Será cabrón!

— Bien, pues empecemos con la clase. 

El profesor comenzó la clase en su tono habitual, pero yo ya estaba en mi mundo, pensando la forma de vengarme de Harry. Cuánto me gustaría tener poderes ahora mismo.

Estaba estudiando formas de destrucción y torturas contra el rizado, cuando noté que la clase me miraba.

— ¿Qué? — Grité.

— Señorita Moore, le estoy preguntando en qué año se inició la Primera Guerra Mundial en Indú.

— Pues yo que se... ¿Me ve cara de esquimal?

La gente estalló en carcajadas. Pues no le veo la puta gracia.

— Señorita Moore, Indú, no Iglú. — Me dijo como si tuviese 3 años. 

— Señor Profesor, quizás si sus clases no fuesen como una insistente nana en la cual nada más llegar se me cierran los párpados, podría prestar un poco más de atención, pero es que el sueño es superior a mis fuerzas. Y como no me voy a dedicar a estudiar las guerras que se produzcan en la India, ni en China, ni en ningún otro lugar cuando salga de esta cárcel, pues tampoco es que me preocupe demasiado.

— ¡Señorita Moore! ¡Ya basta! No consiento que me falte el respeto. Diríjase al aula de castigados. ¡AHORA! — Me dijo el profesor. 

La cara del pobre estaba roja de rabia. Se jode, por ponerme al chalado como compañero. Harry se reía a carcajadas como un niño pequeño, al igual que todos los de la clase. Sin la menor preocupación, me levanté, cogí mis libros y me fui de la clase. 

Cómo odio el instituto, ¡es que es el infierno para mi! Y encima sin tener a nadie con quien contar... Estaba totalmente sola.

Entré en el aula de castigados y cuando fui a cerrar la puerta, un zapato se metió por esta, haciendo ver unos preciosos ojos verdes, que me miraban divertidos.

Cuando el amor es ciego (Harry Styles y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora