Capítulo 4

198 9 0
                                    

Narra ____.

Estaba guardando los libros en mi taquilla cuando alguien me cogió por la cintura pegándome a su pecho. No pude evitar gritar.

— Hola ____. — Susurró en mi oído.

— ¡Pero serás gilipollas! — Le grité a Harry apartándome de él y cuya sonrisa no podía ser más extensa. — ¡Casi me matas del susto, imbécil! — Dije poniendo las manos en el corazón, dándole un toque más dramático a la situación.

— Yo creía que eras una chica fuerte, de esas que no se asustan fácilmente...

— Y no me asusto fácilmente, pero no es normal que vengas de repente, me cojas por la cintura y me susurres en el oído, retrasado mental. 

— Lo siento... Ya no lo volveré a hacer más. — Dijo enseñando su dedo meñique, esperando mi reacción.

— ¿Qué coño haces? — Pregunté confusa.

— Una promesa.

— Te juro que eres la persona más rara que he visto en mi vida... — Dije rodeándole para ir a la salida.

— ¡_____! ¡Espera!

— ¿Si? — Pregunté parando para mirarle a los ojos.

— ¿Has pensado lo de mañana?

 — Sí. Y es un no.

— ¿Por qué?

— Porque yo no suelo salir. Y porque no me apetece quedar contigo para ir a ninguna parte.

— Sólo va a ser una película... Yo invito y tú eliges la peli que quieras... No suelo hacer esto con muchas chicas, siéntete afortunada.

— Ja ja ja... Si seguro... Me invade la alegría por dentro, Hazza.

— Hmmm... Hazza, ¿eh? 

— ¿Qué pasa? ¿No te gusta Hazza?

— En general no, pero viniendo de tus labios, suena bastante sexy.

— Y tú eres gilipollas perdido. — Dije sin poder evitar una sonrisa...

— Me gusta tu sonrisa, pero no la sueles mostrar... — Habló acercándose a mi.

— Y a mi me gusta que me dejes en paz... Pero no todo se consigue en esta vida, Hazza. — Enfaticé el Hazza.

Su mirada se oscureció y se acercó a mi, rodeándome contra la pared del instituto, el cual ya estaba vacío. Me cogió de la cintura y se pegó más, encajando sus piernas con las mías. 

Yo estaba completamente inmovilizada cuando él me cogió de la barbilla, haciendo que conectara mis ojos azules, con sus perlas verdes. Mi respiración se aceleró. ¿Qué coño está pasando? Me miró a los labios y me besó.

Era un beso dulce, lento. Pero con mucho de algo que no sabría describir. ¿Necesidad? Puede ser. 

No pude resistirme más y llevé mis manos a su nuca, cogiendo algunos rizos de su cabeza. Pude notar su sonrisa en mis labios cuando abrí mi boca en respuesta a sus cálidos besos y buscando su lengua.

Sus manos se movían por mi cintura, y entonces me di cuenta de lo que estaba sucediendo.

Me separé bruscamente y él me miró confuso.

— Es... Esto... Y... Yo...— Dije intentado encontrar las palabras adecuadas. — Esto no está bien, Harry. Yo no soy buena para ti... No me conoces.

— Pues ayúdame a solucionar ese problema. Ayúdame a conocerte. — Susurró poniendo su mano en mi mejilla y acariciándomela con sus nudillos. — Por favor, quédate conmigo mañana. 

¿Qué podía hacer? ¿Sonreír? ¿Asentir? ¿Negar? ¿Huir? 

Estaba en un aprieto con un chico delante mío, mirándome expectante y esperando una respuesta. En ese momento no podía formular ninguna palabra coherente, por lo que hice lo que el cerebro me dictó.

Me aparté de él y empecé a correr. A correr tanto como mis piernas me dejaban, alejándome de Harry y de su seductora mirada. 

Escuhé cómo gritaba mi nombre y empezaba a correr detrás de mi, pero yo fui más rápida y me escondí en el laboratorio del instituto.

Cuando le vi pasar dirigiéndose al gimnasio, salí de mi escondite y me fui del espacio vacío.

Cogí mi moto, la encendí rápidamente, viendo cómo Harry salía del edificio y comenzaba a correr detrás de mi, pero mi moto era más rápida, y pronto le di esquinazo.

Circulé veloz hasta la residencia. Cuando aparqué, me fui corriendo a mi habitación, me encerré, me tumbé en la cama y lloré. No sabía por qué estaba llorando; quizás soledad, arrepentimiento, melancolía... Lo único que sabía, era que hacía mucho que no lloraba, y no se sentía tan mal.

Pronto se me secaron las lágrimas. Tenía la cabeza hecha un lío, entonces cogí mi guitarra y comencé a cantar. Esa era la única manera de desahogarme y de dejar de pensar en un chico de pelo rizado, ojos verdes y sonrisa perfecta, que me estaba volviendo loca.

Narra Harry.

Escuché las puertas del instituto cerrarse, y entonces me di cuenta de que se había marchado. Salí corriendo y la vi montarse en su moto y alejarse de mi. ¿Qué había hecho? ¿Tan mal beso? Pensé.

Cogí el primer bus que apareció por la parada y me dirirgí a la residencia. Me acerqué a su habitación, pegué mi oreja derecha en la puerta, la abrí un poco, y vi a _____ sentada en su cama, con una guitarra en sus piernas y cantando una canción preciosa, creo que era una de Miley Cyrus. Su voz era la cosa más dulce que había escuchado nunca y eso fue lo que me hizo tener más ganas de ella.

— I see forgiveness, I see the truth

You love me for who i am, like the stars hold the moon

Right there where they belong. And I know I'm not alone

Yeah when my, world is falling apart when there's no

Light to break up the dark, that's when I, I look at you.

When the waves, are flooding the shore and i can't

Fly my way home anymore that's when I, I look at you.

Escuché embelesado cómo interpretaba la canción. ¿Cómo podía ser que una chica tan dulce, estuviese tan sola? Era un misterio para mi y yo iba a averiguar el por qué. 

Cerré la puerta con cuidado y me dirigí a mi habitación a pensar cómo iba a hacer, para conseguir a _____, y lo iba a conseguir. Cueste lo que cueste.

Cuando el amor es ciego (Harry Styles y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora