Capítulo 8

121 4 2
                                    

Narra _____.

¿Qué he hecho? ¿QUÉ HE HECHO?

Ahora el listo se va a pensar que soy una puta de esas que se lía con cualquiera que entre en su habitación a robarle ropa interior... ¿POR QUÉ LE HE SEGUIDO EL ESTÚPIDO BESO? ¿Por qué me lo pone tan difícil? Pero sobretodo... ¿Por qué me gusta tanto que haga estas cosas?

Me fui a las duchas, me lavé el pelo haciendo que pequeñas ondas se originaran en él. Odiaba los rizos, y cuanto más liso lo tuviese mejor, pero no tuve tiempo, así que me vestí con mis vaqueros, una camisa a cuadros blancos y rojos, y unas converses blancas. 

Cuando bajé a desayunar, le vi.

Estaba sentado en mi sitio con el pelo húmedo y con dos bandejas.

— Hola. — Dije

— Hola fea.

— Hace tres minutos me has llamado preciosa... — Me defendí.

— ¿Ah si? Habrá sido por el beso... Si lo repites a lo mejor vuelves a ser preciosa. — Murmuró guiñándome el ojo.

— Claro que sí, Styles

— Por cierto, estás muy guapa con el pelo así.

¿Qué se dice en estos casos? Porque yo NO SÉ RESPONDER A LOS PIROPOS. 

— ¿Te estás sonrojando? — Preguntó el rizado.

— ¿Yo? No, nunca... ¿Por qué? — Me tapé los mofletes y me senté enfrente suyo quitándole la bandeja que tenía de más.

— ¿Y a ti quién te ha dicho que puedas quedarte con mi bandeja?

— ¿Las dos son tuyas?

— Si... Pero te regalo una.

— Puto gocho. — Susurré cogiendo el vaso de leche y bebiendo un trago.

— Necesito fuerzas para enfrentarme a tus cambios de humor.

— ¿Perdona? — Dije incrédula

— Eh pitbul, no te enfades que era una broma

No podía con sus repentinos ataques de sinceridad, ¿de verdad tiene que ser así?

— Oye ____, de verdad quiero ir contigo al cine, como amigos.

— Y yo Harry de verdad te digo, que no salgo con la gente, soy una antisocial de mierda.

— Puedo estar toda la mañana insistiendo hasta que aceptes.

— Y yo soy muy cabezota.

— Tengo tiempo.

Harry cogió un trozo de pan y se lo llevó a la boca. Su mandíbula subía y bajaba con una lentitud increíble; parecía que quisiera destruir hasta el más mínimo pedazo del alimento en sus mofletes para luego tragarlos de una manera demasiado sexy y sensual. Cogió el vaso de leche y al beber, una gota traviesa se escurrió por su boca, cayendo despacio por su mandíbula.

— ¿Admirando las vistas, señorita Moore?

— ¿Qué vistas? Que yo sepa, te tengo a tí enfrente.

— No te hagas la tonta, me deseas.

— Si a deseo te refieres a querer tenerte en mi cama, no hablamos del mismo. El mío es más deseo a tirarte por un puente.

— Mmmmm, imaginarte en mi cama me hace feliz.

— Eres un cerdo.

— Y tú eres preciosa.

Cuando el amor es ciego (Harry Styles y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora