Capitulo 9

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Saliendo de la azotea me topé con Jimin. Sabía que lo correcto era evitarlo; pronto encontraría la manera de encararlo para resolver nuestros asuntos sin que nadie se enterara. La campana había anunciado que era hora de volver a casa, me sentía tan agotado últimamente, pero debía cuidar de Kook. Durante las horas anteriores, mi mente se distraía viéndolo, estaba sentado a unos metros de mí leyendo un libro, pero inconscientemente levantaba la vista, cuando en uno de esos momentos fui descubierto. Riéndose, Kook pretendió que no lo había notado y se concentró en seguir con su lectura. Jimin por otro lado, no había vuelto a clases. Pensé en mandarle un texto para saber dónde estaba y si se encontraba bien, pero lo mejor sería dejarlo solo, en un momento así uno pasa por distintas etapas emotivas; dolor, frustración, ira, llanto, ya he pasado por ellas en varias ocasiones, pero uno debe encontrarse con uno mismo, saber que es lo quiere, ver sus debilidades y desahogarse. La vida nunca fue fácil. Nosotros debemos luchar por nuestros sueños o metas. Pero tengo serias dudas acerca de la amistad que comparten Jimin y Kook. Parado en la salida espero a Kook, pero me toma de sorpresa cuando me asusta por detrás y abrazando mi cintura me llama Hyung, la calidez de sus manos es todo lo que necesito. Tomando el camino más largo para llegar a casa lo tomo de la mano y puedo escuchar el pequeño sonido de un tintineo, se trata de nuestros brazaletes chocándose entre ellos. Todo parece tan calmado durante esta tarde y nos dirigimos a una tienda a comer un refrigerio; Kook opta por unos panqueques con jarabe, en cambio yo me decido por una taza de americano. Sentándome junto a él nos sacamos unas fotos, creo tener demasiadas fotos de los dos, pero son nuestros recuerdos de amor. Abriendo la puerta delantera lo invito a pasar. Es la primera vez que he traído a alguien desde hacía mucho tiempo. Pero que él esté aquí hace que todo sea realmente distinto. Dejando nuestros calzados en la entrada, le doy un par de pantuflas nuevas que había comprado, esperando que llegara el día en que vendría. Se veía adorable con ellas, unos pintorescos conejitos de color blanco con un tono rosáceo en sus orejas, combinaban a la perfección. Dando un pequeño tour por la casa nos encaminamos a la sala donde esperaba ver a mi madre pero no se encontraba por ningún lado; había dejado sobre la mesada de la cocina una nota "Tae, hoy llegaré algo tarde a casa. Dentro del horno deje la cena para que la calientes. Besos, te quiere mamá". Kook sonrió ante aquel gesto de cuidado y me abrazo por detrás, presionando sus pequeñas manos por encima de mi cintura se paró de puntillas y acercándose a mi oído dijo "creo que está noche solo seremos tú y yo".

Desde los ojos de Jungkook

Me sentía algo nervioso, era la primera vez que visitaría la casa de Tae y quería que su familia tuviera una buena impresión de mí. Para mi sorpresa Tae termino haciéndome otro obsequio. Se había tomado la molestia de comprarme unas pantuflas con forma de conejo, sin darme cuenta me encontraba sonriendo como un idiota, pero era algo que no podía evitar, sus acciones eran demasiado tiernas como para poder resistirme. Cuando lo vi a los ojos el primer día que llego a la escuela pude ver que en ellos se albergaba un cierto grado de calidez pero a su vez supuse que al acercarme demasiado podría descubrir un amor apasionado o quizás una aventura, ¿cómo lo llamarían las chicas? ¡Lo tengo! una aventura de verano, pero cabe recordar que no estamos en verano sino que hago referencia al corto lapso de tiempo. Pero Tae me demostró todo lo contrario, supo atraerme y conquistarme con sus encantos. Solo sus labios habían logrado que me rindiera ante él, sus brazos rodeándome a cada momento me demostraban su cariño y sus ojos permitían que al encontrarse con los míos me dijeran sin emitir palabras que me amaban pero de una manera avergonzada. Deambulamos por la casa en busca de sus padres pero no había nadie en ella, y dándome un recorrido por las habitaciones terminamos en la cocina. Mi cuerpo sentía la necesidad de tenerlo cerca, después de haber pasado por un momento de angustia lo necesitaba a él, a sus besos y caricias, pero sobretodo quería su contacto. Deslizándome hasta quedar justo detrás de su espalda, deslicé mis manos por encima de su cintura y lo abrase tiernamente. Planeaba quedarme así junto a él por unos segundos, pero mi mente se dejó llevar y sin darme cuenta había llegado hasta su oído donde dije "creo que está noche solo seremos tú y yo". Sin esperar demasiado Tae se dio la vuelta y comenzó a besarme, podía sentir como el beso iba aumento a cada segundo, nuestras lenguas entrelazadas y la respiración de ambos algo agitada lo llevaron al borde de la desesperación. Alejándose solo un poco, observo a su alrededor y tomándome por la cintura me sentó sobre la mesada de mármol y mordiendo el lóbulo de mi oreja pronuncio junto a ella "estas tentándome demasiado Kook" y fijando sus ojos en mí, tomo mi rostro entre sus manos y deposito un pequeño beso sobre las comisuras de mis labios. Mi respiración comenzaba a dificultarse y con los labios aun entreabiertos pronuncie un "Te amo". Tae pudo oírme porque una vez que aquellas palabras abandonaron mis labios, sonrió tímidamente y pego su cuerpo aún más junto al mío. Dejando un camino de besos y mordiscos desde mi cuello, sus manos iban desabotonando hábilmente los botones de mi camisa. Con mi pecho al descubierto, podía sentir la mirada de Tae con lujuria. Recostándome sobre la mesada, sus manos recorrían cada centímetro de mi piel y su rápida boca iba dejando besos húmedos y mordiscos por todas partes. Mi cuerpo se retorcía por la excitación y el frio tacto de la mesa bajo mi espalda se mezclaba con el ardor que desprendía mi cuerpo. ¡Ahh! ¡Taee! ¡ahh! mis gemidos escapaban de mi boca sin permiso, pero Tae supo remediarlo al abalanzarse sobre mí y capturar mis labios, su lengua se movía mucho más rápida que antes, incitándome a que pierda el control de mi cuerpo. Rodeando su cuello intensifique aquel beso, quería que él también se descontrolara y aferrando mis piernas sobre su cintura pude sentir su miembro erecto sobre mi entrepierna. Nos dejamos llevar ante aquel deseo, pero Tae no llegaría más lejos que eso, él quería que la primera vez que nuestros cuerpos se encontraran y formaran uno sea en un ambiente cálido, en donde no tendríamos problemas de quedarnos uno o dos días. Pero lo que más quería es que yo recordara esa noche para que de ninguna manera vaya a olvidarlo. ¡Tae para! ¡Siento que estoy por venirme! incoó sus dientes sobre mi mentón y aproximándose me advierte "luces demasiado apetecible como para dejarte ir" y dejándome ver como se sentía tomo mi mano y la deposito sobre el bulto de sus pantalones "eres como una toxina irresistible, una vez que la pruebas no puedes detenerte" y decide seguir jugando con mi torso deteniéndose sobre mi abdomen y besando cada rincón de él. ¡Ahh! ¡Tae! mis manos se aferraron a su cabello, si el continua torturándome de esta manera acabare viniendo en medio de la cocina.

Tae intensifico su tacto al comprender que no podía más. Con mi último aliento exhalé un grito ahogado, y él se dejó caer sobre mi cuerpo y me abrazo con fuerza. Nos quedamos así varios minutos, hasta que se incorporó sobre sus codos y beso mi frente con sutileza "déjame ayudarte Kookie". Deje que me bajara de la mesa y me acomodara la camisa. Sus manos me trataban como si fuera una prenda demasiado delicada porque se movían con sumo cuidado sobre mí. Tomando mi mano dijo "déjame mostrarte mi cuarto".

VKOOK ForeverWhere stories live. Discover now