Eloquence | [ m.yoongi ].

｢Acto 14｣

♖ — Promesa —♖  

Era sábado por la tarde. La semana había pasado volando, sin que me diera cuenta. Las clases se habían vuelto un poco más ¿Soportables? si esa era la palabra correcta. En realidad, In Ha había desaparecido toda aquella semana y nadie hablaba ya de él. Quería preguntar; indagar sobre aquel hecho. Más que nada porque quería saber si volvería o no, pero me daba vergüenza preguntar. Y a pesar de que los chicos de mi clase, ya no me molestaban y que Suho, comenzó a sentarse conmigo, todos los días — inclusive en los recreos—  todavía no tenía la suficiente confianza con ellos como para preguntarles algo.

Se me hizo raro que Suho comenzará a platicar conmigo y que eventualmente, terminará alejándose de sus amigotes, los bravucones, para juntarse con nosotros. Y decía "nosotros" porque Jungkook ya lo había adoptado como uno más al grupo. Yoongi por otro lado también lo hizo pero a regañadientes.

Suponía que se debía a que no tenía ganas de seguir estando con esa clase de gente, que solo le atraían cosas malas.

Así que sin darme cuenta, entre una cosa y la otra, había llegado el esperado fin de semana.
Mi madre y mi padre se encontraban molestos y las salidas, todavía seguían siendo supervisadas pero gracias a la ayuda de Jungkook, me permitieron ir al hospital para poder visitar a la madre de Yoongi. Incluso, sin que lo supiera, mi padre había preparado una tarta de frambuesa para que se lo llevará. Se hacía el enojado por fuera, pero seguía siendo el mismo hombre generoso y amable de siempre.

Le dejé una nota de agradecimiento sobre la mesa, antes de irme con Jungkook, quién me estaba esperando en el hall de la casa. Cuando terminé de escribirle, me despedí de mi hermano pequeño con un beso en la mejilla y me fui agarrando el pastel y mi pequeño bolso perlado con un poco de apuro.

— ¡¿Ya estás?!— Me gritó Jungkook, con un claro tono de molestia.

Salí de la casa, cerrando con llave la puerta e ignorando sus quejidos de niña.

 —Joder tía, si parecía que te estabas vistiendo como para ir a ver al puto presidente de los Estados Unidos— Me reprendió al verme, soltando un bufido.

—Tantas novias y no has aprendido ni mierdas —   Gruñí, guardando la llave en mi bolso.

—Si tú y Yoongi comienzan a salir, te va a mandar a la mierda en cuanto tardes tanto en arreglarte— Me soltó mi amigo como si nada, mientras comenzamos a andar hacia la parada de colectivos.

Abrí los ojos y lo miré entre confundida y escéptica— ¿No era que no te agradaba la idea de que saliera con él?

—No me agrada. — me aclaró— Pero como veo la mano y lo cabezota que eres, al final terminarán saliendo. Y sufrirás un montón, créeme.

Rodé los ojos, hastiada ¡Siempre salía con lo mismo! Una y otra vez —¿Por qué siempre dices lo mismo? Si no me explicas ¿Cómo quieres que te entienda?

Jungkook se quedó parado de repente, haciendo que yo también me detuviera para mirarle. Se mordió los labios y colocó ambas manos sobre sus caderas mientras miraba al suelo. Luego me observó, nuevamente  —  Ojalá pudiera decirte, pero es algo que no me corresponde decir a mi, Hye. Solo te estoy diciendo que si te mentí en el comienzo, diciéndote que no lo conocía, fue por algo. Él tiene una vida que no podrá dejar, ni siquiera por ti, porque sin eso no puede sostener algo importante que tiene y que se le está yendo de las manos. Y aunque tú seas muy buena, llegará un momento que no soportes su vida y sufrirás. Es todo lo que puedo decirte y no me preguntes más,porque no te diré más que esto.