El omega es mio [Yuri On Ice] [Harem Yaoi]

Especial Otayuri(o) [+18]

Siguen sin tener 18, lo se.

*narrador omnisciente

Vieron atentamente como Viktor se llevaba arrastrando al omega, y tardaron un poco en entenderlo, quedando varios minutos mirando la puerta cerrada.

Yurio sacudió su cabeza, y golpeó a los demás.

Todos se encogieron de hombros, y dejaron el lugar.

Yurio arrastró a Otabek tras él.

Este lo miró confundido un momento, pero luego notó el sonrojo que el otro alfa portaba. Entonces sonrió.

Luego de que terminara el banquete del Grand Prix Final de Barcelona, Yurio estaba increíblemente borracho. Había estado bastante sumido en el dolor mientras veía a Yuri y Viktor bailar juntos en el medio de la habitación. Y ellos ni siquiera estaban borrachos.

Sin notarlo, empezó a tomar copa tras copa de champán. Tal como había hecho Yuri el año anterior. Acabando en tal estado de ebriedad que ni recordaba su nombre.

No recordaba nada de aquella noche, por lo que al otro día cuando despertó en una habitación del hotel que no era la suya, y con un horrible dolor de cabeza, no pudo menos que gritarle a la sombra que estaba en una esquina.

-¡¿Quién eres?!-. Pero entonces se adelantó unos pasos, mostrando su rostro.

No era más ni menos que Otabek, el kazajo, su amigo.

-Anoche te embriagaste mucho, Yuri, te traje a mi habitación porque no podías ni siquiera pararte. No sabía el número de tu habitación-. Se llevó la mano a la nuca sonriendo de una forma culpable.

Usualmente no mostraba muchas expresiones en su rostro, pero con Yurio era distinto. No solo lo veía solo como un amigo, era mucho más. Por eso estaba decidido a hacerlo olvidar su enamoramiento con Yuri Katsuki.

Le dolía cada vez que lo veía sufrir por ese amor unilateral. Ese amor que nunca sería correspondido.

-E-Esta bien... Supongo. ¿Y tú dónde dormiste?-. Señaló el sillón que había a su espalada-. A-Ah... ¿Y no hice nada raro? Me imagino que sabes a lo que me refiero.

-Te embriagaste tanto que no podías caminar, estuviste casi todo el tiempo despatarrado en una esquina-. Él se acercó un poco más a la cama donde estaba el rubio, para luego sentarse en ella.

-Supongo que esta bien. ¿Y el otro Yuri? ¿Qué pasó con él?

-No quieres saberlo-. Se acercó aún más a él, y entonces rozó sus labios con los propios.

Cuando se encontró con Yuri antes del Grand Prix Final, dijo que iba a pedirle algo, y ese algo, era que lo ayudara a acercarse al Yuri japonés. Pero luego descubrió los sentimientos del otro, y decidió desistir.

Sin darse cuenta, sus sentimientos se transformaron, y terminó enamorado perdidamente de el Yuri ruso.

Y mientras lo besaba, aquellos sentimientos se hacían más fuertes.

El otro no se lo negó, y reforzó aquel beso.

No hicieron nada importante que valga la pena contar. Solo empezaron a tocarse, y desde entonces había sido una costumbre.

Jamás llegaban a más de lo toqueteos, se masturbaban juntos, se corrían, y luego acomodaban sus ropas para separarse.

Una vez lo habían hecho a través de una llamada telefónica, lo cual fue verdaderamente una experiencia morbosa y excitante.