Episodio 3: Reencuentros

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Clavo la mirada en el chico, el cual la miro un buen rato sonriendo, para luego mirarla extrañado. La chica quito sus manos de la boca, y miro el suelo. Todo estaba mojado, su ropa estaba húmeda y llena de algas. Observo a su alrededor y contempló el hermoso barco en el que estaba. Sus maderas bien talladas y sus velas completamente blancas. Se levanto despacio, y observo los colores burdeos, cafés y negros, que hacían al barco hermoso. Paso su mano por el barandal, el cual pareciese tener cada detalle tallado a mano, con diseño de dragones en cada pilar. León se acerco a ella, y observo el delgado cuerpo de la chica, quien observaba fascinada el buque. Camile miró enajenada el cielo azul, con su furor destellante, lleno de estrellas, luego corrió la mirada al océano, que al fondo podía apreciar España. Las aguas eran igual de azules que el cielo, parecían perderse y juntarse como si fueran uno. Apoyada en el barandal, observo una enorme ballena saltar, y mostrar su grisácea cola. El viento era fresco y cuando pasaba alborotaba su cabello, secándolo con sus suaves brisas. La chica sonrió al sentir ese viento, estirando los brazos y riendo alegre, luego aprecio las nubes, que en forma de algodón le daban aún más belleza al ambiente. León la observo fascinado, al ver la alegría que demostraba la chica, se fijo en su pelo castaño colorido, que a pesar de que sea de noche, se combinaba con el ambiente, el vestido y su cabello iban en dirección a este, dejándola desordenada. Se sentía libre.

- Vaya - comento casi en un suspiro León, haciendo que Camile lo observe por sobre los hombros - no te recordaba tan atractiva - dice, y al notar la mirada seria de la chica, sonrió avergonzado por el comentario haciendo que cambie el tema - ¿Te gusta mi barco? Debes pensar que me costó una fortuna, pero solo basto con robárselo a un asiático idiota que no sabía cómo manejar su nave - dice con orgullo, denotando su egocentrismo. La chica lo miró molesta, y al notarlo el chico le devolvió la mirada hostil - ¿Ocurre algo? O ¿Siempre tiendes a mirar a la gente con esos ojos de gato molesto? - dice dándole la espalda al mar, y observándola, aparentando sensualidad y cierta superioridad

- ¿Qué acaso no has cambiado nada de cuando eras niño? - Dice, impresionando a León, pues su voz apenas había cambiado - Dime ¿Cuál es la idea de demostrar lo genial que eres? Te digo que en verdad no me interesa que se lo hayas robado a un chino, indio o lo que sea - hace lo mismo que él, dándole la espalda al mar, salvo que ella cruzo los brazos, apoyando la espalda al barandal. El chico la observo con cierta molestia, detestaba a las mujeres mandonas - Es un buen barco, parece nuevo ¿Estuviste muy ocupado limpiándolo que te costo sacarme de ese lugar? - exclamo con desprecio, el chico indignado se separo del barandal, poniéndose delante de ella con aires de dominación. Pero ella mantuvo su mirada desinteresada

- Por favor no te hagas la niña lista, es muy difícil pasar por Europa con la bandera pirata en el mástil como si no fuera gran cosa. Además ser capitán de un barco para poder hacer lo que me plazca no es algo del todo sencillo hermosa - la chica arqueo la ceja, mientras él se mantenía serio. Luego de un rato él levantó su rostro tomándole por el mentón - te recordaba más tierna

- ¿Hermosa? ¿Tierna? Oh vaya es cierto lo que dicen de los piratas: Don Juanes de nacimiento - le quito de su camino - Pero bueno me salvaste de morir ahogada, y llegaste, tarde pero por lo menos estas aquí, así que gracias - caminó hacia él, terminando frente a frente - ahora si no te molesta, llévame a casa - le corto y camino erguida lejos. El chico la observo con los brazos cruzados y con una expresión de molesta.

- ¡Espera! - La detiene y camina hacia ella - Es tarde, no te dejare dormir en cualquier lado, no es que no confié en mis tripulantes, pero prefiero no arriesgar. Duerme conmigo - le pide con seriedad, mientras que ella se dio vuelta indignada - solo dormir, mi cama es lo suficientemente grande, no te molestare. Por favor, pronto llegaremos a mar abierto, y mientras estemos en la intemperie de noche... prefiero mantenerte protegida en mi alcoba - la chica lo observa con desconfianza - no te haré nada - gruñe molesto. Pero ella le clava una mirada completamente fría - ¡¿Prefieres dormir aquí afuera en un barco lleno de violadores y asesinos en serie o dormir en una cómoda cama conmigo?! Por favor tía, con ese carácter ni siquiera me dan ganas de tocarte un jodido pelo, solo hazme caso y ¡Ya basta con esas miradas! Son jodidamente incomodas ¿Enserio parezco tan depravado como para que pienses que te violare? - exclama molesto. Camile sonrió hacia un lado, y lo miro de pies a cabeza, poniéndolo aún más incomodo.

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