Capítulo 3

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Los días pasaban como cualquier otro. Disfrutando de la cuenta regresiva que teníamos para volver, la cual se había reducido considerablemente cuando el papá de mi prima había aceptado la proposición de vivir juntas, y nosotras habíamos decidido partir antes para dejar todo listo antes de entrar a clases, ya que aún debíamos comprar algunas cosas.

Susana no había vuelto a mencionar a Nacho y lo agradecía, pero no podía evitar sentir algo en la boca del estomago cada vez que su celular sonaba y corría a responderlo. Siempre mensajes, nunca llamados, y aunque de repente tenía que luchar con la maldad que me provocaba tener el celular de mi prima a unos metros y sin ella alrededor, la parte racional de mi cabeza se alejaba para no caer en la tentación de abrir la mensajería y ver de qué mierda hablaban tanto. Ya sabía que habían estado hablando de mi, y de Chace, pero ¿Qué tanto hay por decir?

Sabía también, que mi prima se moría por contarme qué estaba ocurriendo y que hacía un esfuerzo sobrenatural para que no se le escapara nada como lo hizo la primera vez que me contó que se escribía con Nacho.

¿Le habrá contado Nacho que era él el culpable? ¿Que por él, Chace estaba pagando con su libertad? ¿Era Nacho el culpable realmente? Y si lo era; ¿Qué fue lo que pasó para que Chace estuviera en prisión? Todo esto me carcomía la cabeza y no sabía como preguntarle sin sonar hipócrita, sin levantar sospechas de lo ocurrido. Y a decir verdad, ya ni sabía como hablar con ella sin sentir algo de culpa por lo que había pasado unos días atrás, y sentía que ese teléfono nos separaba cada vez más, ella escondiendo las ganas de hablar y yo escondiendo las ganas de saber.


Nos quedaba una noche en la casa de verano y mi prima se estaba duchando para sacarse el cloro de la piscina y prepararse para dormir. Yo ya estaba en mi pijama acostada cuando sentí una vibración que venía de la cama de al lado, mi estomago hizo eso raro que hacía cada vez que sonaba cerca, pero la vibración continua descartó toda posibilidad de ser un mensaje.
¿Se habían estado llamando?

Casi por inercia me levanté de donde estaba y tomé el aparato para leer el nombre de Nacho cruzar la pantalla.
Mi cabeza comenzó a funcionar a mil por hora, pero llegando siempre a un callejón sin salida mientras el teléfono seguía vibrando en mis manos.
"A la mierda" pensé, y en menos de un segundo me encontraba con el celular de mi prima pegado a la oreja.

-Sus, sé que me dijiste que no te llamara pero ya no podía aguantar.-

Mi estomago se apretó al escuchar la voz de Nacho. ¿Carolina qué mierda estás haciendo?
No respondí, no podía hacerlo, reconocería mi voz de inmediato así que me mantuve en silencio.

-Lo siento mucho de verdad, pero te extraño hasta la mierda, di algo, cuéntame algo, cualquier cosa...- Mis manos comenzaron a sudar. -¿Hablaste con Carolina? ¿Le contaste lo de Chace?-

Mierda.

Mierda.

Mierda.

Una corta exhalación salió de mi, haciendo que Nacho continuara, sabiendo que había una persona al otro lado de su línea, pero sin saber que no era mi prima.

-Me dijo que la llamaría pero no está seguro de que contestará, ¿Podrías hacer que conteste?-

¡¿Qué mierda estoy haciendo?!

-Sus por favor, no te enojes, di algo, cualq...- Pero no aguanté más. Colgué con un nudo en el esófago, sintiéndome asquerosa, ansiosa, derrotada. Dejé el celular de mi prima en el mismo lugar que lo encontré mirándolo por unos segundos más mientras la voz de Nacho seguía retumbando en mis oídos.

No me olvidesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora