Angie no hace más que ser sumisa ante sus padres, hacer lo que siempre le ordenan y seguir el mismo paso que su madre. Siempre queriendo demostrar que no será una chica que los decepcionará.
Ángel hace lo que quiere, en pocas palabras. Tiene un her...
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Angie.
—Alto ahí Halsey —la voz de Mikal me hace estremecer y a la vez detenerme antes de entrar al cuarto de Ángel.
—Ehm... — titubeo.
—¿Que hacias hablando animada con Angel en la clase de Literatura? —No hace falta ver su rostro para saber qué tiene arrugada su nariz.
Había notado que cuando algo le confundía o no sabía del tema arrugaba su nariz. Se veía demasiado tierno así, cosa que nunca admitiré delante de nadie.
Tiro la mochila a la cama y me siento en la esquina de ella.
—Nada, solo no quería que sospechara que yo fui la causante de su broma — me encojo de hombros.
Un bostezo sale inconsciente. La verdad es que no había dormido últimamente en estos días. Me era muy incómodo saber que estoy en una casa extraña, pero lo más preocupante era que no la sentía tan desconocida para mí. Y eso me hacía tener insomnio.
—Tu respuesta no tiene coherencia, Ángel — Se cruza de brazos mirándome con una ceja alzada.
—¿No te iras hasta que te diga la verdad? — le pregunto resignada y asiente lentamente. —Pues ponte cómodo.
Me tiro a la cama tapandome hasta la cabeza. Escucho que cierran la puerta y suspiro. Quería dormir.
Pero siento que se tiran a mi lado.
Bufo.
—Te quiero pedir un consejo, tú que eres chica, o bueno... Eres un intento —dijo a mi lado y ríe.
Me quedo paralizada al sentir su pecho vibrar tan cerca mío. Siendo sincera esta reacción era totalmente nueva para mí.
—Estoy saliendo con una chica, pero no en el termino salir, como de novios oficiales, solo como amigos. Me atrae pero no me gusta, y he notado que ella siente más que eso, no quiero que... que confunda las cosas, creo que me gusta otra chica— dice con la mirada perdida en el techo y lo miro con una ceja alzada.
—¿Quién es? — le pregunto con interés. En mi interior noto como mi voz estaba a punto de salir en un tono de acometividad.
No es que me urge saber quien es esa chica afortunada, pero me gustaría saber para comentarle a Ángel, solo para que ella sepa.
—No es que no confíe en ti Ángel, solo que no me quiero adelantar.
—Mamá... — me sentí extraña cuando nombre mamá a alguien que no era, pero de alguna manera me sentía cálida. — Dijo que era una chica afortunada — le digo insatisfecha. Frunzo mis labios y Mikal ríe sacándome la lengua.
—Lo es, digo, no es que yo sea alguien en quien admirar, solo que es diferente a la cuál creí, pero no llego a sentir nada por ella. — responde con media sonrisa.
