capitulo 2

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Danny y Sam estaban sentados frente a la computadora mientras Tucker estaba ocupado en su PDA. ­­­

—Todas las funciones para "Robot-Future Assassin" están disponibles únicamente en el cine que está al otro lado de la ciudad, y tardaríamos por lo menos media hora en llegar — comentó Tucker.

—Ok, entonces mejor buscaré alguna otra película que podamos ver — Dijo Danny tecleando en su computadora. Pero entonces su sentido fantasma salió de su boca como una neblina azul, advirtiéndole de otro fantasma.

Un ruido proveniente de la calle lo obligó a asomarse por la ventana. Al hacerlo vio una loca persecución entre dos fantasmas. El perseguidor era enorme, de piel verde y con chaqueta blanca, mientras que el perseguido no era más que la pequeña figura de un fantasma encapuchado en una sudadera negra.

Los dos fantasmas volaban como rayos, aterrorizando a quien se cruzaran en medio de su gran carrera de persecución.

Podría no intervenir si quisiera, pero esos dos podían causarle un problema a Amity Park y sería un problema enorme si continuaban así (además no tenía nada que hacer y estaba aburrido)

— ¿chicos, podrían cubrirme unos minutos? —dijo mientras apoyaba un pie en el marco de la ventana, preparándose para saltar

Sam y Tucker vieron el desastre que se estaba llevando a cabo en la calle y respondieron "si" al mismo tiempo.

A Danny no le tomó ni siquiera dos segundos transformarse en fantasma para salir disparado por la ventana de su cuarto en dirección a la calle.

***

Creyó que ser perseguido sería algo que no vería en días o incluso en semanas si tenía suerte, pero de verdad que les gustaba mucho molestarlo. Eso era en lo único que podía pensar al esquivar a la gente para no chocar.

El fantasma sonriente le lanzaba rayos de ecto – plasma para hacerlo caer. Podría dispararle él también para contraatacar pero no estaba en posición de arriesgarse. No ahora. Lo único que podía hacer era volar más rápido.

— ¡vuelve aquí, solo quiero jugar un rato, 993!

Pasaron entre unos edificios y llegaron hasta un callejón, y fue allí donde el chico dejó de volar y encaró al fantasma.

— ¿Qué sucede, 993? Ya te hemos dicho una y otra vez que no está bien huir de los problemas.

— ¿Y si es el "problema" el que se aferra a ir tras de mí? ¡En serio, viejo! no soy el primero en escaparse y no he visto que hayan movido ni un dedo en hacer con ellos lo que hacen conmigo.

— ¡oh! tal vez, a diferencia de los demás, tu nos has causado demasiados problemas como para ignorarte y dejarte ir así de fácil — Se acercó aun más — pero tendremos más tiempo de hablar una vez que te lleve de regreso a la zona fantasma.

El chico quiso tomar la iniciativa y lanzó el primer ataque de ecto-plasma, pero el fantasma lo esquivó con suma facilidad y le dio tiempo de moverse lo suficientemente rápido para darle un golpe directo en el rostro. El impacto fue tan fuerte que lo mandó al suelo. Pero no conforme con eso, el fantasma sonriente lo tomó del tobillo, lo levantó y lo arrojó a la pared.

El chico quedó tendido en el suelo boca abajo luego de ser golpeado por el muro. Estaba semi inconsciente pero sus reflejos lo obligaron a rodar para quitarse justo cuando un puño iba a golpearlo. El golpe dejó una grieta en el pavimento. Al presentir otro golpe venir, el chico aprovechó su posición para darle una patada con ambos pies al fantasma sonriente y alejarlo de él.

Se levantó y entonces arremetió con unos fuertes puñetazos en el rostro de su atacante. Pero para su mala suerte, sus golpes no parecían afectar en lo más mínimo al fantasma más grande.

Intentó dar otra patada, pero su pierna fue detenida en el proceso. El fantasma sonriente tomó algo de impulso y levantó al chico de un solo movimiento para estrellarlo contra el suelo.

Todo se volvió negro para el chico cuando su cabeza rebotó contra el sólido pavimento.

***

Danny podía jurar que había visto a los dos fantasmas volar por la calle en la que se encontraba en ese momento. Llevaba casi diez minutos volando sobre las calles y callejones para tratar de encontrar a los dos fantasmas, pero no había rastro de ninguno.

— ¡rayos! iban tan rápido que tal vez ya ni siquiera estén aquí — dijo para sí mismo — bueno, tal vez desde un principio era un asunto que no implicaba que me metiera.

Pero cuando dio media vuelta para cambiar el rumbo de su vuelo su sentido fantasma volvió a salir de su boca.

Suspiró con fastidio.

— déjenme adivinar: alguien acaba de dejarse encontrar solo para llevarme la contraria con el fin de molestarme.

Poco a poco empezó a descender entre los callejones hasta que encontró lo que buscaba. Los dos fantasmas. Solo que ahora uno estaba derribado, como inconsciente en el suelo y el otro se le acercaba para darle el golpe final.

el lado escondido y olvidadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora