Ugly. [Viktuuri]

9.

🌼Una semana antes de la entrega de la carta de Yuuri. Dos semanas después de la pelea.🌼

#*🌼*#

Tocó  nuevamente su mejilla, recordando aquél ardor, la última caricia y plática con su querido Yuuri. Desde ese día, el japonés lo ignoraba de manera casi profesional, pasándolo de largo como si fuera invisible. Ni siquiera le permitían entrar a su casa, aun si la señora insistía, Yuuri negaba cualquier visita.

-Te extraño tanto...-susurró, mirando fijamente la bufanda que la navidad pasada Yuuri había tejido para él. Era una de las cosas más preciadas que tenía y que cuidaría con su vída si fuera necesario.

De cierto modo, entendía como se sentía Yuuri. Puede que él jamás haya sufrido sobrepeso o haya sido despreciado, pero la soledad era algo que siempre lo había acompañado. ¿De qué servía tener dinero o que todas las personas te "adoren" si nada de eso es verdad? Ni siquiera pasaba de lo físico.

Y eso dolía.

Por eso estaba tan prendado a Yuuri, porque él había sido el primero en tratarlo como un igual, sin verlo desde un pedestal, sin hablarle como si fuera lo mejor de lo mejor.

Obviamente estaba muy lejos de ser "lo mejor".

Con Yuuri podía ser él mismo, sin tener que fingir. Lo hacía sentirse humano.

Pero, ¿A qué costo? Ahora Yuuri lo odiaba, lo miraba con indiferencia, como un desconocido al cuál no a acercaría.

Y él moría por acercarse. Por poder abrazarlo y llorar en su hombro, gritando y suplicando por algo de atención, de cariño, lo que fuera.

Era patético, pero quería que estuviera a su lado, lo necesitaba. Quería seguir sintiéndose vivo, humano.

-¿Para qué estoy aquí?- se preguntó. Giró su cabeza y se encontró frente a frente con el espejo del baño.

Ojos y piel que muchos "envidiaban", cabello demasiado peculiar, rasgos definidos... ¿Y qué? ¿Qué tenía eso de especial? ¿En qué ayudaba eso? En nada.

-Jamás seré tan hermoso como Yuuri.- pensó, mirándose con desprecio. Por culpa de su físico la persona que más quería lo había abandonado. ¿De qué servía ser "apuesto" si no podía ser feliz con la persona que él quería? ¿Acaso estaba obligado a salir con alguien de "igual belleza"? ¡Eso era una estupidez!

Ahora sabía porqué Yuuri lo odiaba tanto, era como un bebé llorón y caprichoso, era detestable.

-Lo siento tanto, Yuuri. Te extraño.- y con eso se recostó y volvió a dormir. No tenía ganas de nada y tal vez jamás volverían.

Ya no se acercaría a Yuuri, ya no lo lastimaría más.

Las personas siempre intentan destruir lo hermoso, y yo soy una de ellas.