Parte de mi pasado.

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Si alguna vez me preguntaran qué fue de mi vida después de ti, yo con honestidad  respondería: Mis primeros días fueron tristes, oscuros y sombríos, pensé tanto en tí, que hasta el número de veces se me olvido. Te lloré quizá como jamás pensé e imaginé, me pregunté una y otra vez el porque?, sin recibir jamás de Dios una respuesta, pues entre más lo pensaba más sentía que se me iba el sueño, por los mil pensamientos que rondaban por mi cabeza tratando de encontrar los motivos, los porqués? de tu decisión, pensé en el tiempo que me llevaría sanar el dolor, en olvidarte, en el tiempo que me llevaría dejar de pensarte; me daba incluso impotencia el querer a toda costa no sentir ya más dolor y no lograrlo; me refugié en tantas cosas para no pensarte (en la oración, la lectura, en la música) que bien puedo ahora asegurar me ayudaron lo suficiente para superarte. Con el paso del tiempo dejaste de hacer falta, ya no te extrañaba como al principio, ya no extrañaba tu presencia, tus besos, tus abrazos y todas esas cosas y locuras que compartimos día con día, no supe en qué momento dejo de dolerme tu ausencia, pues creo que el corazón se cura paulatinamente y el dolor desaparece gradualmente, si hay algo en lo que coincido con la mayoría de las personas, es que el tiempo es el mejor aliado para sanar y curar el dolor que deja el adiós de una persona; pues todo pasa y nada es para siempre. Si me preguntarán que es de mi ahora?: Después de tu adiós, después de que pasaron tantos meses, puedo contestar con sinceridad y honestidad,  que ya eres parte de mi pasado y que tus recuerdos se han quedado atrás; reconozco que aún te pienso aveces, pero ya no me dueles; han pasado tantas cosas y sucesos en todo este tiempo, que me han permitido ver la verdadera belleza de la vida, he aprendido a valorar cada minuto y cada segundo del día, a ver la vida de otra forma y el mundo de otro color. Sé que quizá fuiste una de las experiencias más bonitas que Dios me dio, o quizá una gran prueba no lo se, lo único que le pido a Dios es que te bendiga donde quiera que te encuentres, que seas feliz, ya que ahora yo lo soy; las circunstancias cambiaron, cambio mi entorno, mi alrededor, cambiaron mis ideas y formas de pensar, cambiaron mis sentimientos hacia ti, cambie yo, cambio todo!... Le doy gracias a Dios, a la vida, al destino y al universo entero por permitirme ver las cosas de otra manera y aceptar con amor todas aquellas cosas que no dependían de mi, que no estaban en mis manos y que no podía cambiar.. Te bendigo hoy y siempre y agradezco por todo lo que aprendí de ti, todo lo bueno que me dejaste, porque puedo asegurar que si llegaste a mi vida fue por algo, pero tu misión conmigo concluyó.
Ahora se que los planes de Dios son perfectos y mejores que los míos y también se que cada experiencia, cada situación, cada fracaso, nos acerca cada vez más a lo que él quiere y desea para cada uno de nosotros!

Pensamientos de un corazón roto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora