Capítulo 4.

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Golden revolvió sus cabellos dorados una vez más, caminaba de un lado a otro lamentándose de su fatal error.

¿Cuál era su error?

Bueno, él olvidó colocarse su preservativo antes de tener relaciones sexuales con Toddy. Él no queria ser padre a sus diecinueve años, arruinaría su reputación.

Miró una vez más a la joven morena quien yacía plácidamente dormida, la miró con angustia y miedo. Fue la primera vez de la castaña rojiza ¿No? Así que no puede resultar embarazada, creo.

Se colocó su ropa y salió del pequeño cuarto de hotel, no quería verla hasta el día de mañana.

[…]

Toddy despertó a causa de su móvil, se olvidó quitarle la alarma. Miró hacia su derecha y no había rastro de Golden, suspiró pesadamente, ella sabía perfectamente que esto iba a suceder.

En la mesita de noche encontró un test de embarazo y un post-it con la fina letra de él.

“Olvidé el preservativo ayer, por favor realizate la prueba para que se me quite la maldita preocupación.

–Golden”

Ella sabía perfectamente que en estos momentos no se podía saber si había quedado embarazada, pero quería que Golden estuviera un poco más relajado, así que hizo caso a las órdenes del rubio.

[…]

El de orbes grises caminaba a dirección a la biblioteca, todas las chicas susurraban cosas de él con solo pasar frente a ellas.

Se colocó bien sus lentes y corrió rápidamente al aula donde se hallaban todos los librosde texto. A pesar de ser un hombre sexualmente activo, cumplía con todas sus tareas.

Al llegar a la silenciosa biblioteca dio un pesado suspiro, se dirigió a aquella pequeña ventana, afuera se encontraba aquella chica de cabellos dorados quien abrazaba al pelirrojo.

Estaba furioso, realmente furioso, odiaba a Foxy por ganarse el amor de Chica y para olvidar la escena anterior tomó un libro cualquiera para comenzar a leerlo.

Unos pasos lentos y seguros de acercaban a él, sin embargo, Golden no apartó su mirada de las letras impresas en la blanca hoja.

Una mano chocó sobre su espalda, una albina había llegado junto a él.

—Golden... —murmuró aquella chica—. Te quiero.

El rubio volteó y tomó de las manos a la de orbes violetas, su respiración estaba agitada y se acercaba a los labios de la chica.

—Maldición Mai, apareces en el momento correcto —susurró Golden entre sus labios.

—Siempre estaré para ti, Golden...

Los finos labios del rubio chocaron sobre el cuello de la albina, quien solto una gran suspiro, necesitaba aquellos labios besando los suyos urgentemente.

—Mai... —la antes nombrada soltó un casi inaudible "¿Si?" en respuesta—. Dame de tu especia.

spice  ✧  goldica ❬fnafhs ; fhs❭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora