Capítulo 10: Lo mismo, con un toque blanco

68 3 3
                                    

Todos de niños deseamos juguetes, la abundancia de los mismos, algo con que entretenernos o simplemente jugar con amigos; cuando esto corría, nuestras sonrisas eran como la luna.

Cuando estaba con Alice, la sensación era similar; las ansías por tener aquello que parecía inalcanzable me hacían querer estar junto a ella y no alejarme jamás...como si de un sueño se tratase.   Y si fuese una creación de mi mente, espero que nunca se acabe; no podría vivir un día más sin ella, sin su aura, sin su olor, sin ella...mi vida no podría llamarse "vida".

-Christian ¿no quieres que esto termine, verdad?-Dijo Alice mientras veía al techo.

-Eso jamás...-Dije mientras una imagen repentina de Alice pasaba por mi cabeza.

   No me arrepiento de mi respuesta, es la verdad. Esa imagen solo fue una simple ilusión, estoy seguro de eso...A veces estamos solos por decepciones, en otros casos por faltas de cojones y yo lo estoy por tomar malas decisiones.

   A veces pienso que habría sido de mí si Alice no se hubiese interesado en este infeliz...de seguro estaría en una oficina o quizás ni siquiera estaría en este mundo.   En vez de seguir en mis tormentos internos, decidí invitar llevar a Alessandra a Six Flags, ese parque no queda muy lejos de su casa.

-Alice ¿tendrías una cita conmigo?-Dije de una forma cohibida...viejos recuerdos vuelven a mí...quisiera dejar de ser tan potencialmente tímido.

-¿A donde iremos?-Preguntó antes de responder mi incógnita.

-Será una sorpresa, conmigo solo puedes esperar sorpresas...-Dije mientras esperaba ese "si" que tanto deseaba.

-Pues...está bien-Dijo ella, se sonrojó instantáneamente; el rojo era su nuevo color.

   Somos conscientes de nuestros actos, conozco a Alice y estoy seguro de querer estar con ella, estos sentimientos son reales; aunque presagio que mi historia estará siendo narrada algún día...quiero ser alguien.

Quedé con Alessandra para vernos a 5:30 de la noche, tenía 6 horas exactas para ir a casa de mis padres. Voy a buscar las cosas que puedan pertenecerme y comenzar a preparar la casa para ponerla en venta.

De camino a la casa solo pensé en mis padres, en todo lo que ha pasado desde que se fueron, en como enviaron a Alessandra para que cuidase de mí; siento que siguen conmigo...siento que seguimos siendo una familia. Al llegar, todos los recuerdos vinieron a mi, esta calle, esta casa; todo construyó mi infancia.

Al abrir la puerta escuché un chirrido, le faltaba aceite, al igual que hace 30 años; puedo recordar cómo hice que quedase así.   A los 7 años, mis amigos y yo veníamos de jugar fútbol, mis padres aquel día compraron un monopolio, éramos una familia pobre al igual que el resto del vecindario; pero no fue impedimento para no divertirnos.  

   Siempre fui alguien muy social, me gustaba añadir más y más personas a mi lista de amigos, y aunque actualmente comprendo que no necesito muchos personajes para hacer la historia de mi vida; siempre fui alguien amigable.   Sus ojos, sus rostros, sus sonrisas, todo fue inexplicablemente hermoso, en aquel momento dicho juego estaba de moda, pero nunca pensé que se alegrarían tanto de poder jugarlo y aunque la mayoría de nosotros apenas sabía sumar de dos en dos; nos las arreglamos para hacerlo entretenido.

Lastimosamente, esto no fue lo mismo para la puerta, ya que al cerrarla, provoqué que hasta hoy en día; ese sonido le caracterice.

   Esos tiempos han cambiado, ahora todos son enemigos de todos, solo importan las clases sociales; la humildad de una persona ha pasado a segundo plano.   Puedo recordar que el racismo era inexplicable, las "señoras de servicio" eran denominadas "sirvientes" y podían ir presas simplemente por no hacer sentir a su dueña satisfecha, por el simple hecho de ser alguien de color, la esclavitud en aquellos tiempos; es algo que jamás entenderé.   Ellos no eligieron nacer así, ellos son personas; todos somos iguales y merecemos tener los mismos derechos.

   En fin, pensar que aquí algún día habrá otra familia, vivirán otras personas, esas personas tendrán sus recuerdos; ya no será mía...Pero, aún así; espero que sean igual de felices que nosotros cuando también lo hicimos.

Luego de un largo rato revisando algunos objetos, algunos libros, limpiando un poco...puedo jurar haber visto algo. Siento que alguien está observándome, su presión ejerce en mí, como si tratase de entrar en mi cuerpo. Decidí decirle a Alessandra que no tardase en venir.

En pocos minutos, alguien tocó mi puerta.

-¿Puedo pasar? necesito hablar contigo -Se trataba de Alice, lucia exhausta como si hubiese estado corriendo un maratón.

-¿sabes que tendrás muchas cosas que explicarme ¿verdad? -Le dije seriamente.

-Por supuesto, Chris -No serás cariñosa conmigo, hoy no -No me digas Chris.

Ella pasó, le ofrecí sentarse conmigo en el sofá, quería saber su historia, que había pasado...que era de su vida.

-¿que sucedió entre tú y mi hermano? -Le dije al comenzar a interrogarle.
-Es una larga historia...el trataba de abusar de mi, estoy en una pésima condición económica, tenía que estar a su lado, tenía que dejar que me usara...pero cuando se tornó más profundo y supe que ese día acabarías con su vida, decidí desaparecer. No quería que te enteraras de esto, lo siento.

-¿por qué no querías que me enterara? -Le dije con la mayor curiosidad del mundo...¿que tengo que ver contigo?
-pues...

Tocaron la puerta, le dije a Alice que me contara después, había llegado Alice.

-Christian...¿que hace ella aquí? -Me preguntó Alice con un tono de voz bajo -¡¿Que hace ella aquí?!

...en ese momento, me quedé sin palabras...

La abracé con la esperanza de que se calmara y me abrazó con mucha fuerza. No pude evitar ver a Alice cuando lo hice, quería ver su expresión facial, la cual representó una ligera...¿frustración?.

Alice le contó la historia a Alessandra, ella aceptó, pero me pregunto...¿que sucedió con ese "no quería que te enteraras de eso"? ¿Por que no se lo contó a Alice?

Le pedí a Alice que se fuera, teníamos mucho que pensar...antes de eso tomó una siesta, se veía tan delicada haciéndolo.

En estos momentos...mi creatividad y habilidad de deducción es igual a cero. Siento que la gravedad me atrae más de lo que debería, mi cerebro se nubla con tanta presión...siento que todo está pesado.

Alessandra sin pensarlo me dio su mano, en ese momento solo nos comunicábamos con miradas...dentro de unos segundos, pudimos escuchar una fuerte explosión y un estremecimiento. Salimos y no había nada, no tengo idea de que pudo haber sido. Supongo que es lo que ocurre cuando estoy con ella, no tengo si quiera una perspectiva de mi al rededor, me ciego y solo puedo sentir como late mi corazón.

En un abrir y cerrar de ojos, ella se fue a su casa. Me quedé solo nuevamente y la presión continuó, me fui a dormir sin pensar que al día siguiente me llevaría una sorpresa...

...Ha comenzado el invierno.

Armadura de papelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora