Armadura de papel

Capítulo 8: Dos corazones, un cuerpo

No hay nada...Me encuentro en un plano donde solo estoy yo, todo está vacío. Me duele la cabeza y me siento más pequeño, no puedo hablar; mis cuerdas vocales no responden y puedo sentir un espacio deshabitado en mi pecho, duele...Poseo el cuerpo de un niño.

-Estamos contigo, siempre estaremos contigo -Dijo una voz proveniente del vacío de aquel universo unicolor.

-Nunca te dejaremos solo, eres nuestro pequeño -Lágrimas derramaban mis pupilas en ese momento, eran...mis padres.

Traté de gritar, de hacerme escuchar, de decirle cuanto los quería y extrañaba, pero aquellos intentos solo me debilitaban una y otra vez, el vacío se incrementó, mis pulmones se comprimían, mis labios se partían, mi piel se aclaraba...

Corrí y corrí, con la esperanza de reunir todos esos recuerdos, todos los momentos hermosos que tuve con mis padres; un último adiós. Finalmente... logré ver dos auras, transmitían buenas sensaciones; me atraían como si quisieran sentirme.
Salté, pude sentir sus brazos, esa calidez paternal, estábamos juntos de nuevo... Mi voz se hizo sentir.

-¡Son mi todo! -Dije con una voz cortada mientras lloraba.

-No, hijo. Sabes que no lo somos todo, no ahora; ve y salvala. -Siento una fuerza de repulsión que rápidamente me hace recorrer una distancia considerable.

----------------Alessandra---------------

Mi ira era más fuerte que yo, Christian estaba en el suelo ¿vivo o muerto? eso no me importó; solo me fijé en que le hicieron daño.   Se atrevieron a dañar a mi acompañante, lo han dejado inconsciente y eso no se los iba a permitir.   Adam está conmigo, somos dos contra dos.   Y... Christian está conmigo, su fuerza está conmigo; está protegiéndome desde donde esté.

-Se van a pudrir en la maldita comisaría, Hijos de puta -Dije con una expresión masoquista, quería matarlos.

-¿Segura que seremos nosotros quienes se pudrirán? -Dijo el arrogante de Robert, que luego de liberar a Alice; tomó una cabilla.

Christian está perdiendo sangre, tiene un hoyo en su cabeza; de seguro le dio con la maldita vara metálica.

-Suban las manos antes de que deje de ser tan paciente y los deje peor que como dejaron a Stiehl -Dije mientras que Adam comenzaba a darse cuenta de que sentía algo por Christian.

-¿Sientes algo por el?... -Dijo en un tono de voz bajo, Alice

-Eso es lo de menos en estos momentos...¡salgan chicos! -hombres, aproximadamente seis de ellos, comenzaron a pasar por las múltiples puertas de aquel piso.

Estábamos perdidos, Adam era bueno pero no lo suficiente...me asesinarán sin despedirme de Christian, maldita e injusta vida.

-----------------Christian------------------

-¡No! ¡Esperen, aún no! -Dije mientras era trasladado lejos de mis padres.

Y en un abrir y cerrar de ojos, estaba en otro plano, esta vez; era negro... En cuestión de minutos, se formó un aura oscura, enorme, que no me causaba atracción ni la más mínima curiosidad.

En el lado contrario, había una luz; con esa figura... Tenía la figura de alguien que se me hacía conocido ¿de quien se trataba?

La Luz transmitía una afectividad fría, como si de alguien solitario se tratara; una persona que necesitaba a otra a su lado. Sentía la necesidad de acompañarla, yo también estaba solo; en este mundo donde, de seguro, el único confundido soy yo.

Comencé a caminar hacia aquella luz, podía sentir como mi pecho se rearmaba, al igual que al armar un rompecabezas; mi cuerpo estaba consiguiendo su pieza perfecta.

Me estaba construyendo, cada vez me sentía aún mejor; quería tener a esa chica a mi lado. Mi curiosidad era más grande que el universo, el solo pensar que me sentía así con ella; me llenaba de intriga.

Su resplandor alejó por completo mi agonía, lo brillante de sus ojos me regresaron a la vida y la hermosura de su sonrisa me hizo pensar en un nuevo día...

Abrí los ojos, no podía describir lo que había pasado y lo feliz que me sentí en ese momento; fue como un viaje astral... Me ha dejado en claro a quién quiero, a quien necesito y a quien quiero tener a mi lado.

-Ale...Alessandra.

-----------------Alessandra----------------

Christian había despertado, oí mi nombre con su sútil pero gruesa voz; quería correr a abrazarlo... Pero en estos momentos, mi preocupación era que no lo asesinaran y que a mí tampoco... Adam tomó a uno de los maleantes de Robert y comenzó a amenazar al resto con que lo mataría al escuchar la primera pisada. El silencio nos acompañaba, la expectativa se apoderaba de nosotros y ninguno sabía que sucedería después de eso.

-No tenemos que llegar a...-dijo antes de ser golpeado por Christian.

Pelearon, los puñetazos generaban eco; ya no había silencio. Decidí actuar, así que le disparé a 2 de sus hombres sin obtener un daño alguno; los otros tres fueron a cubrirse...y si, Adam se desquitó con su rehén.

Comenzamos un tiroteo, balas desaparecían en los escombros; Adam y yo tratábamos de reaccionar.

-No quiero morir aquí...-Dijo Adam con rostro de impotencia.

-Y no lo harás, solo tenemos que esforzarnos un poco más -Dije tratando de animarlo, en este momento no podemos venirnos abajo anímicamente.

Pudimos escuchar un golpe que sonó aún más potente que las balas...Se trataba de Christian, ha vencido a su hermano. Los hombres de Robert se detuvieron, era el momento perfecto para contraatacar y eso haríamos... no dejaría que le dispararan, no a el; no a Christian.

-¡Christian! ¡Ven acá! -Dije completamente furiosa, quería tenerlo a mi lado y no estaba...

Él solo se quedó parado, con una mirada fría fijada en el cuerpo de su hermano.

Pudimos ganarles, Adam está mucho mejor entrenado que yo y pudo con los tres; mientras que yo solo contemplaba a Christian...

Luego de esto, fui a abrazarlo; con lágrimas en los ojos y mucho de que contarle...

-Christian, te necesito a mi lado...no puedo describir la soledad que sentí cuando estabas lejos de mí; no podría estar sin ti -Dije con voz cortada, mientras le abrazaba con fuerza y veía su hermoso rostro.

No respondió nada, al momento solo estaba perdido, pensando y con cariz bajo. Luego de unos segundos, palabras salieron de su boca; con un tono frío.

-He asesinado a mi hermano.

Lo abracé y no pude dejar de hacerlo, tenía razón...el ha asesinado a su hermano. Su pulso cardíaco ya no estaba, pero... ¿dónde demonios está Alice?