Después de mis experiencias sexuales en la mili, decidí dedicar mi vida al asesinato, a "hacer" justicia en donde hacia falta. Viajé por diversos países y continentes, excepto Oceanía, allí nunca había problemas. Tuve altercados con la mafia italiana y con la rusa, casi las hago desaparecer del mapa, ya que trabajaba a sueldo para quien me contratase y mis jefes solían ser servicios de inteligencia. Pero volvamos al principio del libro. Os voy a contar como me metí en el lío en el que estoy metido.
Había sido enviado a Alemania, a masacrar, según ordenes de mi jefe, a un grupo de judíos. Resulta que estos judíos no eran mediocres hombres sin prepucio, eran unos estrategas fabulosos, tan buenos que su edificio era un cubo de 8x8x8, es decir, como 8 tableros de ajedrez. Este, aparte de tener un nutrido surtido de guardas, estaba lleno de trampas y, en vez de cámaras, el sistema de vigilancia estaba dotado de sensores térmicos por láser en todo el edificio. Si faltaba alguien, lo sabían, si había alguien de más, lo sabían, si había sangre, lo sabían. Cualquier alteración del sistema social que tenían instalado en su edificio era detectada al segundo. Por eso tuve que planear mi ataque durante meses. Dentro de estos tres meses entran los siguientes factores: cirugía estética para sustituir a un vigilante sin que resultase sospechoso, plan de entrada y salida, plan de ataque, plan B y plan C.
Me acuerdo que para el ataque decidí escoger el 20 de abril. Nunca he tenido un cumpleaños tan movidito.
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20/4
RandomLa decisión de matar a su novia o a su mejor amigo nos lleva a los más profundos recuerdos del protagonista.