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Bruno

Bruno llevaba sentado casi medio día en aquella incómoda y, dependiendo del momento, congelada o ardiente silla metálica. Precisamente Metallica era el grupo que sonaba en ese instante a través de aquellos enorme y confortables audífonos. Él se preguntaba si esa música provendría de su lista de favoritos en Spotify, lo cual era así. Aquellas personas conocían al detalle la vida social de nuestro personaje {no olvidemos que esto es una ficción, ¿o no lo es?} De algún modo los "hackers" de esta organización {no escribiré criminal porque todo eso del crimen tiene un interesante punto de subjetividad}, habían entrado en todas las páginas en las que este tuviera perfiles, incluidas las de pornografía, y habían meditado todos los datos que aparecían en estas para interpretar que tipo de persona (si es que Bruno era una persona), era su objetivo.
Así estuvieron un año, hasta su reciente {o no tan reciente} secuestro.
En la sala que ahora está su personaje que se encuentra "Dama", sentada al otro lado con las mismas condiciones que Bruno, pero simplemente, es una chica. Y es la mejor amiga del protagonista, no por ello su novia.
En este momento, tanto "Dama" como Bruno están sentados con unos confortables audífonos y una inconfortable bolsa de tela en sus cabezas. En ese instante en el que ambos humanos tienen ese pensamiento suena una voz, ellos no saben de donde proviene y si habla dirigiéndose a alguien o algo, sin embargo, esa voz esta hablando con nuestro protagonista, el agente, que tiene que decidir entre matar a su novio, o a su novia. Bruno y "Dama" no se conocen, pero comparten pareja sentimental.
De repente se oye un disparo.
Un golpe seco en el suelo.
Un lamento que estremece el organismo en cuerpo y alma hasta la misma epilepsia.

20/4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora