Aquí estoy otra vez, frente a esta computadora; escribiendo lo que siento cada vez que se cumple un mes desde que me abandonaste. Siempre he intentado descifrar porque me dejaste, yo te amaba tanto y éramos tan felices juntos, te odio, te odio pero...
Todo había pasado demasiado rápido, de pronto Poncho caía lentamente al suelo.
Dentro
Ucker: Eso ha sido un balazo. –Dijo Ucker preocupado- Será mejor que nadie salga.
Annie: Esperen un momento. –Volteo hacia todos lados- ¿Dónde está Poncho?
Eugenio: Hace un momento estaba aquí.
Annie: Tengo que salir. –Se levantó de su asiento-
Victoria: Hija es peligroso. –Dijo angustiada-
Annie: Mamá tengo un mal presentimiento. –Dijo con ojos vidriosos-
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Camilo: Nosotros te acompañamos Annie.
Al salir
Annie: ¡Alfonso! –Grito al verlo tirado en la entrada del local- Nooooo, Mi amor. –Lo tomó en sus brazos- ¡Una ambulancia! –Gritó desesperada
Eugenio se encargó de llamar a la ambulancia mientras todos estaban alrededor de Alfonso y Annie.
Camilo: -Se acercó- Annie déjame revisarlo.
Ella a regañadientes se hizo a un lado y dio paso a que Camilo lo examinara.
Annie: ¿Se va a poner bien verdad?
Camilo: Está perdiendo demasiada sangre, tenemos que llevarlo inmediatamente a un hospital, no hay tiempo.
Ucker y Eugenio ayudaron a Camilo a trasladar a Poncho a su carro. Camilo y Victoria iban adelante con la pequeña Vicky mientras Annie iba en la parte de atrás con Poncho.
Annie: Mi amor te vas a poner bien. –Dijo acariciando su rostro pálido por la pérdida de sangre-
Todos habían seguido el carro de Camilo en una gran caravana hacia el hospital. Al llegar allí lo metieron inmediatamente a Urgencias.
Camilo: Annie hasta aquí se permite la entrada, es zona restringida tú no puedes pasar, te prometo que yo no me voy a despegar de su lado.
Annie: -Llorando- por favor Camilo sálvenlo ¡Te lo suplico!
Camilo asintió y entró al quirófano con los enfermeros y demás doctores.
Pasaron unos minutos hasta que salió un doctor a la sala de espera.
Doctor: ¿Familiares del paciente Alfonso Herrera?
Annie: Yo soy su esposa. –Dijo acercándose al doctor-
Doctor: El paciente ha perdido mucha sangre, necesitamos operarle inmediatamente para extraer la bala, la zona en la que está alojada es muy cerca del corazón, necesito que uno de sus familiares me firmen la autorización, haremos todo lo que está en nuestras manos para salvarle la vida.
