Aquí estoy otra vez, frente a esta computadora; escribiendo lo que siento cada vez que se cumple un mes desde que me abandonaste. Siempre he intentado descifrar porque me dejaste, yo te amaba tanto y éramos tan felices juntos, te odio, te odio pero...
Dama: ¿Me acompañas a probarme estos modelitos? –le mostró varios vestidos-
Poncho: Prefiero esperarte aquí
Dama: –Suspiró molesta- Bueno, está bien. –entro a uno de los probadores-
Mientras Damayanti estaba en el probador midiéndose los vestidos, Poncho aprovechó para salir de la tienda y ver si aún encontraba a Annie.
Mientras tanto Annie y May estaban en una tienda de helados.
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May: Que bien que decidiste que viniéramos a comernos un helado.
Annie: Ya sabes que siempre que venimos al Mall no puede faltar el helado. A él o...
May: -Terminó la frase- ella siempre se le antoja.
Annie: Sí- Sonrió- ¿Estás preparada para la reunión de hoy en la noche?
May: La verdad que no Annie, no sé... siento que hay algo en la madre de Eugenio que no me termina de convencer. Presiento que algo trama.
Annie: Últimamente he visto a tu mamá algo preocupada
May: Sí, ella sigue pensando que mi relación con Eugenio no durará mucho tiempo, ya sabes somos de mundos muy diferentes y todas esas cosas pero a mí y a él, eso no nos importa. Solo queremos compartir nuestra felicidad con las personas que amamos.
Annie: Así debe de ser May, de verdad siento no poder acompañarte en ese momento especial pero tú sabes que Poncho va a estar ahí y no quiero...
May: No te preocupes Annie yo te entiendo, hubiera querido hacer algo para que estés pero Poncho es uno de los mejores amigos de Eugenio.
Annie: Créeme que yo también te entiendo, igual al final no estarás sola, estarán tus padre, Dul y Ucker.
Minutos después terminaron de comer el helado y se fueron rumbo a la clínica donde Annie tenía cita para una ecografía. Poncho que las espiaba de cerca las siguió. En ese momento no le importó dejar a Damayanti sola en el Mall, solo decidió hacer caso a lo que su corazón le decía.
En casa de los Siller
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