Promete ser solo mío.

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Al finalizar las clases fui hasta el laboratorio quería saber si el se encontraba ahí y entregarle una bolsa de papel, al entrar lo vi sentado frente al escritorio revisando exámenes, cerré la puerta del laboratorio para que el no escapara tenía que hablar con el, camine hacia el escritorio, levanto la mirada se quedo un momento así.

-Fye-

El se levanto seguramente a huir de mi  pero su pie choco con el escritorio estaba a punto de caer, para que no se golpeara, lo tome del brazo y cayó encima de mi al hacerlo abrió los ojos, esos ojos azules grandes y que decían mucho sin hablar, me gustaban, desvíe la mirada de aquellos ojos a sus labios entreabiertos, cuando menos lo pensé me fui acercando a ellos, al diablo mi orgullo sentía algo por Fye, lo supe siempre pero me negaba a verlo, ese rubio idiota me gustaba, lo quería, sentía muchas cosas por el en tan poco tiempo, porque aunque me irritaba, me agradaba su presencia, decidido es Fye, siempre ha sido Fye.

Mis labios chocaron con los suyos; poco a poco mis manos abrazaron su cintura que note era sumamente delgado y su peso sobre mi no era mucho, era muy ligero, el puso sus manos en mis hombros y poco a poco tímidamente rodearon mi cuello se apego más a mi, con un poco de inseguridad pero se perdió con la intensidad.

En ese lugar comenzaba a hacer calor empecé a quitarle esa bata y esa camisa que traía puesta poco a poco se la levantaba el desabrocho mi sudadera me la quito junto al silbato comenzó a levantarme la playera pero se detuvo lo mire un poco confuso, tal vez buscaba mi aprobación o se había asustado pero su acto siguiente me hizo sonreir de alguna manera; comenzó el a quitarse su camisa por completo, note su delicado cuerpo también note una marcar en sus hombros brazos y parte de sus costados, regreso a mi quitándome la playera se acerco y me beso de nuevo lo tome nuevamente por la cintura, besando sus labios baje a su cuello y desde allí note un gran tatuaje que abarcaba toda su espalda y era parte también de aquellas marcas anteriores, que bien guardado lo tenía aquel rubio por alguna razón ese tatuaje lo hacía lucir sexi en su blanco y palido cuerpo.

Me toco mi abdomen y cuello, sentí sus manos tan frías eran como dos hielos tocandome, entendí en ese momento el porque se puso tan raro al decirle que no me agradaban los lugares frios, pues el era un lugar frío.

Su piel era muy suave y su cuerpo era tan fino que con un solo brazo podría rodearlo sin esfuerzo, pero aun estorbaba aquellas últimas prendas que quedaban, nos quitamos lo último de ropa quedando completamente desnudos, mire bien al rubio y se veía hermoso, era como un sueño, de verdad era tan bello, lo cambie de lugar quedando el debajo de mi. Y escuché su suave voz un poco bajo y con la respiración agitada, pero también tímida.

-Kuro... te quiero...- desvío su mirada a un lado, creo que aún se sentía intimidado por aquellas palabras que lo insultaron, decidí hacerlo ya no había duda en mi, es el

-Te... quiero... Fye- quitando el cabello de su rostro que lo habían cubierto un poco

Sus ojos me vieron y brillaron, me sonrió, me sorprendió era una sonrisa tan distinta era hermosa y honesta, era por mi sonreía por mi, quería ver esa sonrisa siempre, aquella que era verdadera, que aunque se que ocultaba aún algo, ese momento fue el que tal vez el necesitaba para empezar a confiar y a salir.

El colegio se encontraba vacío y agradecí aquello, no quería ser interrumpido en lo que estaba a punto de hacer, pues ya no había vuelta atrás; eran demasiadas emociones y yo no quería parar y el rubio tampoco .

Estaba con ese rubio idiota mi rubio idiota, pase mis manos por su espalda y sus largas piernas delgadas y suaves, el me acariciaba con mucha delicadeza el rostro mi espalda.

El era delicado, fino muy suave, como si de un ser misterioso crecido entre la nieve.

Comenzó a agitarse su respiración un poco más con algunos besos que yo le proporcionaba en su pecho y comenzó a dar pequeños gemidos con esa vocesilla suya.

-Kuro... yo te quiero... soy feliz contigo-

-Yo... te quiero... quedate conmigo-

-Kuro...

Abrió sus piernas y las enredo en mi cintura el quería lo que yo también anhelaba, me levanté y lo lleve a una mesa acomodandolo un poco , después de prepararlo entre poco a poco en el, hizo un gesto de dolor y salieron unas cuantas lágrimas de sus ojos, lo calme dándole un beso que duro lo suficiente para ver a Fye volver a sonreír, entre más en el y pego un grito que se veía quiso callar; completamente dentro de el me quede inmóvil observándolo un poco más detenidamente, note esos rasgos que tenía su cabello no era del todo lacio y era rubio natural, sus ojos tenían unas pestañas muy largas con una curva para arriba, eran más grandes que los míos y mantenía los rastros de esa sonrisa con labios delgados y rosados, cuando el me dio señal de que podía moverme lo hice primero lento y poco a poco a aumentar la velocidad, ya muy acostumbrado el hablaba.

-Kurorin... más rapido-

Fye mencionaba entre gemidos su rostro pálido ahora se tornaba de un rojo placentero, sus ojos entreabiertos; ambos en el laboratorio jamás había imaginado esto, el enterraba sus uñas en mi espalda y a mi no me molestaba sabía que Fye lo disfrutaba al igual que yo y eso era una señal, llegando al clímax el se vino entre nuestros abdomen y yo dentro de el, quedé rendido aún de pie abrazándolo depositando un beso en su frente.

-¿Kuro te quedarías conmigo?-

-Siempre Fye-

-¿Y tú?

-Siempre Kuro

Wan wan, Miau Miau.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora