Crazy in love 「WinterIron」

Capítulo I

❝ Miro profundamente en tus ojos;

Te menciono cada vez más y más,

cuando te alejas te ruego que no te vayas,

digo tu nombre dos o tres veces seguidas.❞

— ¿Ya me soltarás? —Cuestionó un molesto Tony, quien en esos precisos momentos estaba siendo víctima del anterior Soldado del Invierno.

¿Cómo llegaron a ese punto?

James le rodeaba con uno de sus brazos parte de la cintura, evitando que el hombre más bajo cayese por las escaleras. Sus ojos azules analizaban al otro, el cómo se amoldaba a la perfección entre sus brazos, esa mirada fiera que siempre le dedicaba. Era inevitable no volverse loco.

Antes de ello, Barnes necesitaba tratar cierto tema con Stark: el brazo de metal le causaba cierta molestia. Pero todo discurso murió en su garganta cuando el genio se retiraba la prenda superior de su cuerpo, dejando al descubierto parte de sus brazos desnudos y quedando únicamente con una playera. Era ridículo que aquello le pareciera atractivo, provocativo, excitante; pero Tony Stark era capaz de provocarle deseos fuera de lo común, lo que ninguna mujer hizo jamás.

Cansado de esperar una respuesta por parte del soldado, habia decidido ir de regreso a su taller con una taza de café en una de sus manos. Pero no iba solo, lograba oír los pasos de Barnes acercarse, hasta que Tony giró sobre sus talones para detenerlo. Mala idea. Al girarse chocó directamente contra el duro pecho de James, ocasionando que se fuese hacia atrás, tropezando con el primer escalón. Pero para su "buena suerte" los reflejos de aquel anciano se activaron rápidamente alcanzando a evitarle una estrepitosa caída.

Esa fue la razón por la que ahora compartían esa cercanía.

La razón por la cual a James le ardían las manos en tocar más allá, lo tenía tan malditamente cerca. Estaba con la respiración agitada, más bien, ambos estaban de tal manera. Ninguno pudo decir algo más, no comprendían muy bien lo que el otro provocaba en sí mismos.

Luego de hacer una tregua, Anthony decidió aclarar la situación que mantendría junto a James, y llegaron a un acuerdo que les convendría tanto al equipo como a ellos.

«—No te acerques a mí si sabes lo que te conviene —dijo un hastiado Tony.»

Esas palabras rebotaban en la cabeza de un confundido Barnes. Le estaba pidiendo algo imposible. La atracción por el dueño de aquella torre era demasiada, es más, no lo podía determinar como atracción si deseaba más que nunca acabar con el cuerpo que tenía entre sus brazos.

Una imagen vino a su mente:

Ambos estaban en la misma posición, pero Tony con la respiración acelerada, llamándole entre medio de gemidos, aferrándose a su cuerpo en busca de liberar la tensión que le provocaban las embestidas.

Era un cuadro tan glorioso.

— ¿Qué sucede aquí? —La voz del Capitán América los sacó de sus pensamientos.

Los demás veían como esos dos se encontraban en una situación comprometedora. A Natasha y a Clint no les sorprendía, ya que fueron los primeros en darse cuenta de lo que se estaba formando en ese par.

La mirada de James se endureció creando incertidumbre en el resto de Los Vengadores.

—No pasa nada, Rogers. —Fue el mismo Tony quien habló primero, mientras era regresado a su posición inicial. Las manos de Barnes presionaron la cintura del millonario quien se estremeció ante ello.

Eran una bomba a punto de estallar.

—Anthony casi se cae de las escaleras por mi culpa. Lo estaba ayudando.

—Sí, además de que acabas de arruinar mi taza de café. —Tony se quejó al ver su adorada taza marca Stark hecha pedazos en su escalera. Ninguno de los dos recordaba haber oído siquiera el sonido de ésta estrellándose contra las escaleras. Ambos estaban absortos en las sensaciones que le provocaba el otro que perdieron la noción del tiempo.

—Ya veo. —Steve no se fiaba del todo de la escena que armaron esos dos. Los mantendría vigilados, sobre todo por el comportamiento que estaban presentando últimamente. Era algo extraño si hace unos meses atrás ese par quería matarse, o más bien, Tony a Bucky.

— ¿Algo más que quieras saber? —Continuó Stark viendo fijamente al rubio.

—Nada por el momento.

Las cosas parecían tensarse cada vez más, las miradas parecían tener un punto fijo, pero para sorpresa de todos Tony sonrió de medio lado, algo que se interpretaba como nada bueno. Sobre todo si la misma era dirigida hacia James, sorprendiendo en el proceso a Steve.

Cada uno de los presentes sabia de la extraña relación que mantenían Steve y Tony antes de los acuerdos de Sokovia, algo que parecía sacado de unas de esas tantas historias de Disney, donde Tony era la "princesa" que esperaba a su fiel caballero, salvándolo de las garras del dragón. Pero con lo que no contaban, era con que el mismo hombre que lo salvó alguna vez, lo hundiera en la más profunda de las miserias.

Quizás Steve no era el caballero o soldado que debía salvar a Tony.

James veía como Tony se perdía entre las escaleras, el anhelo estaba grabado en sus ojos, habia estado tan cerca. Ahora debería atesorar ese momento en sus noches de soledad, esas mismas que deseaba compartir con aquel hombre que le habia robado no sólo la atención.

—Bucky.

— ¿Qué? —El aludido volteó a ver a su mejor amigo quien no se habia movido de su sitio. Ahora ambos estaban solos. ¿En qué momento el resto se habia marchado?

— ¿Hay algo que quieras contarme? —A pasos cuidadosos fue acercándose hacia Bucky, éste le miraba extrañado, pero también sorprendido. 

—Nada por el momento —repitió las palabras de Steve, esbozando una sonrisa ladina.

Cada uno sabía que esa extraña manera de comportarse de James y Tony no traería nada bueno, les daba muy mala espina ver a ese par juntos. Quizás el hombre de hierro habia utilizado alguna técnica por lo cual Barnes actuaba de tal manera. Era completamente ridículo que James se desenvolviera de esa forma, pareciera ser que el hombre quería besar los pasos que daba Anthony. Habia sido una marioneta de HYDRA por tantos años ¿Y ahora?

Todo indicaba que ni siquiera el mismo Soldado del Invierno lograba librarse del atractivo de Tony Stark.

Era claro que todos habían sufrido un cambio luego de lo ocurrido en esa batalla, pero Steve no creía que hubiesen llegado tan lejos.

Él aún mantenía la esperanza de recuperar parte del amor de Tony, pero cada día que pasaba veía como sus sueños se venían abajo, gracias a las insinuaciones de quien por el momento consideraba su mejor amigo.