CAPÍTULO 4

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-¿Mañana?

-Si

-¿Y qué le dirás a tu hermano?

-No se, pero eso es lo de menos.

-Le tienes que decir.

-Lo se.

-ve corre, esta en la habitación, yo haré la cena, y por cierto, de paso le dices lo de tu enfer...

-Cállate, que no te escuche.

-Le tienes que decir.

-Lo se..., ahorita regreso.

-Aja.

Después de la platica con mi amiga, para contarle lo de hace rato, subí a la habitación, y si, ahí estaba mi bebé, entro y le doy un beso sonoro en la mejilla, mientas el se reía.

-¿Como se porto mi precioso hermano?

-Muy bien, Alondra me llevo a comer helado, y a visitar a su abuela, es una señora muy linda, ¿y tu donde te metiste?.

-Que lindo, y fui a visitar a una persona.

-¿Quién?

-Mañana lo conocerás, pero hablando de mañana...

-¿Que pasa?

-Mañana te van a sacar un poquito, de sangre.

-¡¿QUÉ?!, ¡¿PORQUÉ?!

-Porque la maestra me llamo, y me dijo que era algo para a completar tu historial.

-Pero no puede ser de otra forma, no quiero inyecciones.

-Pero no duelen.

-Claro que si.

-Vamos, anda, y si no lloras, y haces lo que te dicen, te compro un helado y te presento a la persona que fui a visitar hoy.

-¿Enserio?

-Yo cuando te he mentido.

-Ok

-Ese es mi campeón, ahora hazte a un lado que quiero acostarme.

-¿Te sientes bien?

-Si-. Mentí-. Es solo, que estoy cansada.

-Ok.

En el rato en el que recosté, el me hablaba de su día con la abuela de Alondra, me dijo que le dio galletas y un vaso de leche tibia, durmió un rato, y después se despertó para venirnos a la casa.

También me dijo que la abuela de Alondra, le apretó muy fuerte los cachetes, pero que también le dejo jugar con Alfonso (el gato de la abuela de Alondra), que era un gato regordete, blanco, y con ojos azules como el mar.

Después de un rato Alondra nos llamo para cenar, cenamos hablando de cosas sin sentido, adoro a esta mini familia que me toco tener.

Cuando terminamos nos fuimos a acostar y recibí el un mensaje de Luis, informándome donde la dirección y el nombre del lugar.

Y con eso me dormí, a esperar mañana.

***

Dieron las 8, y ya estábamos listos, salimos de la casa, yo se que aun era temprano, pero según Alondra el lugar era un poco lejos, así que mejor vamos con anticipación, no desayunamos ya que mi hermano se estaba muriendo de los nervios, y yo ni se diga, y Alondra pues ella solo tomo una manzana porque ella también estaba nerviosa, solo que un poco menos que el de nosotros dos.

Caminamos un poco hasta que encontramos un taxi, subimos y le dimos la dirección, en el camino nadie dijo nada, solo estábamos metidos en nuestras mentes, o perdiendo el tiempo viendo hacia la ventana.

El Papá De Mi HermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora