Emma
Llego a la universidad con Harry y nos sentamos donde siempre. Rhianne explica la prueba de hoy que se trata de sobrevivir mareos. Al parecer iremos a un parque de atracciones y montarnos en muchas cosas, incluso después de haber comido.
Tengo el estomago muy sensible y es muy fácil que tenga nauseas pero espero poder pasar las pruebas.
Ya en el bus todo el tiempo siento la mirada de Harry clavada en mi sin decir nada.
–¿Que ocurre? –pregunto ya mirándolo.
–Nada. –sonríe– Solo que te ves muy linda hoy. –dice desviando la mirada.
Me quedo sorprendida por su comentario, sonrío de lado y siento como mis mejillas se enrojecen.
La verdad me costó mucho escoger que ponerme, y termine escogiendo un suéter de algodón blanco, jeans negros rotos con tenis y lentes de sol negros. Pero no acostumbro vestirme así. Mientras que Harry siempre usando sus jeans negros tallados con botas negras y una camisa cualquiera, en este caso una blanca un poco abierta de pecho. Pero igual siempre se ve increíblemente guapo.
Me quedo mirando sus manos que se sitúan en el asiento y rio por lo bajo
–¿Que pasa? –sonríe el.
–Tienes las manos gigantes. –digo sonriente.
–Ya sabes para que. –dice pervertido.
Niego con la cabeza y río
Minutos luego compartimos auriculares para escuchar música de Coldplay. El tararea las canciones todo el camino y yo me dedico a mirarlo.
Después de bastantes minutos de camino al fin llegamos y bajamos del autobús.
–Tienen que montarse en al menos dos juegos, y uno de ellos después de que hayan comido. –dice Rhianne con el megáfono.
Tomo a Harry del brazo y apoyo mi barbilla un poco debajo de su hombro.
–¿A cual quieres subir primero? –le pregunto sonriente.
El traga saliva y baja la mirada
–Mejor ve sola. –dice el.
Sus palabras me chocan y lo miro confundida.
–¿Que ocurre? ¿No se suponía que estábamos "juntos" en esto?
–Si pero, no soy bueno con las atracciones. –dice nervioso.
–¡No puede ser! –exclamo.
Una enorme sonrisa se dibuja en mi rostro y me pongo en frente de el.
–¡Te dan miedo! –digo dandole golpecitos en la nariz en cada palabra.
–Shh. Calla. –me dice mirando alrededor.
Sonrío de lado y lo tomo de la mano. Mi piel se achina al instante y jalo su mano hacia la montaña rusa. Una en la cual nunca he subido pero se ve que tiene muchas vueltas y es bastante alta.
El camina detrás de mi y toma mi cintura atrayendo mi espalda hacia el.
–No creo poder hacerlo. –susurra en mi oido.
Me estremezco y me doy la vuelta
–Estaré contigo. Tienes que hacerlo. –digo mirándolo.
