Emma
–Si como quieras, pero estoy obligada a odiarte hasta que Emma te perdone. Así que sal de la maldita casa. –escucho a Morgan.
«¿Qué esta pasando?»
Me levanto de la cama y camino hacia las escaleras y veo a Harry en la puerta con una camisa blanca y una camisa de cuadros azul encima. Me quedo mirándolo por unos segundos hasta que se da cuenta de mi presencia.
–¡Em! –dice el.
–Hola. –sonrío.
El inclina la cabeza en dirección a Morgan indicándome que lo ayude y asiento
–Morgan. –digo con sonrisa forzada.
–Bien. –gruñe abriéndole el paso.
–Te traje cappuccino. –dice Harry entrando con una bolsa de Starbucks.
–¿Que mosca te picó? –digo bajando las escaleras sorprendida.
El sonríe ligeramente y me entrega el cafe con extra canela como siempre lo ordeno.
–Cuando termines, ponte linda y alista tu ropa. Vamos a acampar. –declara.
–¿Que ustedes que? –pregunta Morgan metiéndose en la conversación, como siempre.
–Así es. Em y yo iremos a acampar a la montaña. –dice el sonriendo de oreja a oreja.
«Sin siquiera preguntarme»
–Claro. ¿Porque no? –digo sonriéndole de vuelta.
Termino el cafe y lo dejo sobre la alacena de Morgan para seguidamente subir y alistar mis cosas.
«Esta semana saldrá mejor de lo que pensé»
Harry
Me dejo caer en el sofa y prendo la television mientras Morgan me fulmina con la mirada.
–¿Te importa una mierda mi opinion verdad? –pregunta cruzándose de brazos.
Suspiro y apago la televisión
–¿Que tiene de malo llevarla a acampar? –ruedo los ojos.
–¡Que siempre haces lo mismo! Golpeas a alguien con una piedra y después dices que es culpa de la piedra. –dice molesta.
–Si se que lo que hice fue mi culpa pero, maldita sea Morgan. Estoy intentando arreglar las cosas. –suelto.
Ella baja la cabeza y asiente
–Esta bien. –dice segundos después
«Eso fue fácil»
-Pero te juro que si tienes segundas intenciones y sale herida, te mato. Los amo a los dos pero se de lo que eres capaz y más con alguien como ella.—me espeta—
No consigo articular respuesta ya que realmente no se cuáles son mis intenciones ni porque estoy tan desesperado porque me perdone, o por llevarla a Ámsterdam, hace pocos meses la detestaba y heme aquí.
