C i n c u e n t a y t r e s

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Lola pareció perder la respiración, desconecto su mirada de los ojos verdes de Harold, intentando no ponerse nerviosa.

– ¿De qué hablas?

– Deja de mentirme. Ya. Eres mi mejor amiga, Lola, y no tienes que mentirme.

– No pasó nada ese día, Harold. Nada.

– Me castigaron hace una semana, creo que lo sabías. Me obligaron a limpiar el salón de Ingles. Recordé lo que me dijiste, Lola, por eso el shock – dijo, haciendo comillas en la última palabra – No había entendido en su momento pero ahora lo hago.

***
Chicos. Chicas. Gente que es capaz de leer esto. Quiero que sepan que faltan, si mi memoria no falla, cinco capítulos más el epilogo para terminar esta historia.
Y, si, ya tengo escrito absolutamente todo.

Disfruten mientras puedan porque esto se acaba pronto.

Nombre Indefinido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora