C i n c u e n t a y s i e t e

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Harold rindió bien dos de las tres materias que tenía desaprobadas y no podía estar más feliz por quien había logrado que aquello sucediese.

Se asomó por su ventana, saltando de la emoción, viendo como la ventana de su vecina estaba abierta.

– ¡Loli! ¡Lola! ¡Rox, mujer, girate! – gritó a la chica que daba las espaldas a su ventana.

– ¿Sabes? Las personas normales se comunican cara a cara – sonrió divertida, haciendo que pequeñas arruguitas apareciesen a los lados de sus ojos.

– ¿Eso que importa ahora? ¡Aprobé ingles, Lola, aprobé!

Ella solo atinó a aplaudir, feliz de que su amigo se haya librado de los estudios.

Harold dejó de festejar, apoyándose en el marco de su ventana y sonriendo con astucia.

– ¿Quieres ir por un helado?

– ¿Qué tramas? – alzó una ceja confundida.

– ¿Yo? Nada. Solo vamos a salir, los dos, solos, a tomar un helado.

Lola se dio media vuelta, dandole la espalda a la ventana, completamente sonrojada. Ella era mejor que eso, pero no podía evitar emocionarse.

Tomó un papel y con su típica letra casi ilegible escribió sobre él para luego atinar a que entrara en la habitación del chico.

« Mejor que el helado este bueno.

-Lola- »

Nombre Indefinido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora