charlas tempranas

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Capítulo 6

"¿Qué demo…?... ¿Por qué me duele toda la cara?... ¿En dónde estoy?..." –balbuceaba en su mente el joven líder Rowdyruff.

Poco a poco fue recuperando la conciencia y entre pequeños vistazos pudo observar que se encontraba en una habitación.

El pelirrojo se sentó en la cama donde se yacía acostado minutos antes. La habitación le parecía conocida y más por el hecho de que era rosada.

-¡Por un carajo… Estoy en la recamara de la loca piojosa esa! -al terminar su comentario llevó su mano a la barbilla, era el sitio donde más le dolía. -¡Ahhh! –exclamó por el intenso dolor.

El dolor era uno punzante y penetrante, no sabía la causa de ese dolor pero no iba a quedarse a averiguarlo.

Pensó que lo más conveniente era largarse cuanto antes de allí, pero si estaba en la recamara de la supertonta, quería decir que estaba en la casa de ella y allí le servían una comida exquisita.

"Sacaré provecho de todo esto" –pensó muy maliciosamente.

-Veo que ya estás mejor.

-¿Uhh? –la voz de Momoko le sorprendió de tal modo que desapareció su malicia; al menos por unos instantes.

-¿Qué más carajo quieres rosadita? ¿¡Matarme!?

Momoko se encontraba entrando por aquella puerta blanca de su cuarto, al cerrarla se acercó a él y se sentó en una pequeña silla al lado de la cama.

-Pues debería. ¡Me hiciste enojar mucho! –le respondió sin siquiera mirarlo.

-Me importa un carajo lo que te haga sentir, lo importante aquí es lo que yo sienta. ¡Casi me matas! Y lo más importante… ¡Casi arruinas mi bello y masculino rostro! –exclamó indignado.

La pelirroja le iba a responder como se debe pero recordó los acontecimientos que llevan enojarse. Casi le partía la quijada al chico; y sí, por muy molesto y pendejo que era, no quería lastimarlo.

Tras reflexionar un poco respiró hondo y llamó a la serenidad.

-Me disculpo… … Perdóname… por favor…

-¿Eh? –Brick se sorprendió por éste comportamiento, esperaba un "eres una basura" o "eres de lo más asqueroso que hay" o "estúpido inmaduro" o "yo qué sé" pero ¿Eso?

El joven pelirrojo se quedó pensativo unos segundos, necesitaba una respuesta conforme que lo librara de la pequeña escena que inició la poderosa.

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Mientras él pensaba, en una parte alejada de ese sitio se encontraba Mojo Jojo; quien había pasado semanas metido en su laboratorio subterráneo.

-¡Por fin! ¡He terminado mi Robot Jojo! –exclamó con un gran salto y encendiendo la luz del pequeño lugar. –En otras palabras, ¡El robot que hará que Nueva Saltadilla se arrodille ante mí! ¡Jajaja! Aplausos por favor. –

Mojo tomó una cámara fotográfica y comenzó a sacarle fotos a su nueva maravilla: un potente robot del triple de su tamaño con misiles en los hombros y garras como brazos. Era bípedo y con una forma que recordaba a los dinosaurios. En su lomo se encontraba la sala de control donde Mojo; al parecer, lo manejaría.

-¡Sonríe! ¡Eso, eso! ¡Más sonrisas! –murmuraba alegremente sin darse cuenta que detrás de él una sombra comenzó a moverse bruscamente.

-¡Jijijiji! –

UNA VIDA CARMESIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora