capitulo 1

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Where HE goes, goes THE FIRE.

Heaven's gates won't open up for me

With these broken wings i'm fallin'

And all i see is you

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— ¿Has hablado con Jae Bum?.— me preguntó. Me gire a verla y sentí como mi frente se arrugaba ante la exasperación que ella me estaba provocando.

— ¿Me ves cara de haberle preguntado?.— respondí mirándola con el ceño fruncido. Ella puso los ojos en blanco, ante mi mala respuesta.

— ¿Estas con abstinencia, no?.— me reprochó y se volvió nuevamente hacia la computadora. Bufé y volteé hacia otro lado intentando concentrarme nuevamente en el trabajo.

Teníamos que terminar un trabajo para Sr.Im y apenas íbamos por la mitad. Junto a mí se encuentra Ginebra Park. Ella es de esas amigas que ya no se encuentran fácilmente. Llevamos viviendo juntas aproximadamente dos años. Nos conocimos casi desde la secundaria cuando su familia se mudo a lado mío pero empezamos a hablar en la preparatoria y desde ahí hemos estado juntas en todo. Ahora que conseguimos un empleo en el centro de New's Corporation y no debemos desaprovecharlo.

— ¿Podrías mover tu lindo trasero y ayudarme, no?.— sonrió burlonamente.

La mire fijamente y como vi que no paraba de teclear suspire y me puse de pie y me acerque a ella. Mire hacía la pantalla blanca y brillante de la computadora.

— Borraste la mitad del artículo.— ella suspiro frustrada.

— ¿Puedes hacerlo tú? No doy más.— se levanto de la silla y se dirigió a un sillón que estaba en la esquina de la oficina.

¿Qué necesidad tengo yo de pasar por todo esto? He estudiado para esto, para poder ser escribir y ser reportera, pero en la universidad no me enseñaron a lidiar con Im Jae Bum. ¿Qué necesidad tengo de rebajarme a hacerle trabajitos idiotas a un idiota abusivo? Creo que estoy demasiado estresada por culpa de los idiotas de Jae y de Jinyoung.. y sobre todo de Jinyoung

— Termine.— Ginny se incorporo del sillón y suspiro profundamente.

— Gracias a Dios Alex.— exclamó para así, salir de la oficina.

Alex. Mi nombre completo es Alexia O'Neall. Tengo 24 años. Soy una mujer independiente, algo testaruda y.. una comelibros. Eso fue lo último que me dijo mi ex-novio Jinyoung antes de cortar conmigo, obviamente sufrí durante semanas y la única que estuvo para mí fue Ginny su hermana. Y el día de hoy se me cruzo por la cabeza hacer algo, para mi bien, algo para mí. Voy a venderle mi alma al diablo, a cambio de tener a Jinyoung. Si.. ¿Qué podría salir mal?.

— ¿Ginny?.— la llamé con una sonrisa en los labios, riendo interiormente ante el estúpido curso que tomaron mis pensamientos. Mi pelirroja amiga se giro a verme.

— ¿Qué pasa?.— preguntó curiosa al verme salir de la oficina.

¿Qué pasaría si un día decido venderle mi alma al diablo?.

Ginny como reflejo tomó una cruz que colgaba en su pecho. Debo decírselos, ella es muy creyente y esas clases de temas la alteran un poco. Tanto así que después termina rezando tres rosarios y como veinte padres nuestro.

— ¡Arrepiéntete de tus palabras Alexia O'Neall! — me dijo y toco su pecho izquierdo. Eso significa, deshacer lo que has dicho.

«Que exagerada por dios.»

— ¿Qué tiene de malo? — le pregunte divertida mordiendo mis labios, intentando acallar mi risa.

— Sabes lo que pienso sobre eso, prefiero tener a la parca frente a mí antes que al señor rojo — murmuro indignada. Al ver su rostro tornarse rojo no pude resistir soltar una risotada.

— Pues, le vendo mi alma al diablo, por conseguir al que no se bien a un — dije elevando un poco mi voz. Levante mis brazos en tono dramático.

— ¡Cállate! — me gritó tapándose los oídos y dándome la espalda. Entonces me di cuenta que me había pasado de la raya, pero a un así me reí.

— Ay, Ginny, por el amor de dios, ¿Qué puede pasar? ¿Se me va a aparecer en un callejon o algo? Es solo un juego, él no existe — intenté arreglar las cosas con ella, pero ella seguía sin voltear a verme y cuando lo hizo vi que aun seguía enfadada.

Nunca subestimes a lo que no conoces Alex, nunca. Haz cambiado y todo por culpa de Jinyoung — reclamó enojada, agarro sus cosas sin mirarme y se fue.

— Perseguida — dije y termine de acomodar todo.

La noche se hizo larga. Vivir en el centro de Los Angeles no es lo más recomendado para las personas que sufren de ataques al corazón, ataques de asma o algún ataque de algo. Es muy ruidosa y por ende algo peligrosa. Vivimos en la calle 87, ente la 60 y la 62. Es un lindo departamento, pero ya se está volviendo algo chiquito. Me desperté al sentir el sonido del maldito tren que pasa todas las mañanas a la misma hora, a unos cinco metros de nuestro departamento. Entre al baño y me di una refrescante ducha. Desperté a Ginny –quien aun seguía mirándome enfurruñada– y nos preparamos para ir al trabajo.

*

— Aquí nos separamos, Jae Bum tenía que informarme de algunos pendientes — suspiré pensando que Ginny no tomaría un café conmigo como siempre y la vi alejarse con su cabello rojo moviéndose.

Sola seguí caminando hasta que me detuve en Starbucks a comprarme mi rico café de todas las mañanas. La calle estaba bastante desolada, para esa hora. Al salir, de reojo vi a un sujeto mirándome y cuando me di la vuelta ya no estaba. Mi corazón comenzó a latir más rápido al sentir que alguien estaba siguiéndome. Seguí mi camino. Apure mis pasos, tenía un mal presentimiento. Mi respiración se agito al sentir la presencia de alguien allí. Me di vuelta para mirar atrás de nuevo y no había nadie. Gire y.....

— ¡Ay por el amor de Dios! — grite espantada al chocarme con alguien de frente.

— ¿Por qué siempre lo nombran a él? — preguntó sarcástico. Me aleje un poco y lo mire bien.

Completamente vestido de negro ese hombre era un dios en vivo y en directo. Sus ojos eran de un marrón ¿rojizo? oscuro se podria decir.. ¿Cómo decirlo sin sonar idiota?... impresionantes. Su pelo era De un Castaño tan oscuro que casi parecía negro que caía en mechones sobre su frente de pálida piel contrastando completamente.

—¿Quién eres?  — pregunte desconfiada después de unos segundos de observarlo.

— Hola preciosa, me dijeron por ahí que ayer me anduviste nombrando — fruncí el ceño. Sonrió de forma enigmática haciendo que algo dentro de mí revoloteara.

— ¿Qué? — pregunté alejándome lentamente de él. De una manera inexplicable para mí, él se coloco a un paso de mí en un parpadeo.

«Que mier– »

— Un gusto, soy el Diablo.

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Editado.

Si les gusto el primer capítulo por favor denle estrellita y dejen su precioso comentario bye bye

Acuerdo De Tentación [M.T]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora