A lo mejor debí haberte dado otra oportunidad. A lo mejor debí haberme quedado contigo. A lo mejor así averiguaría si te quería de verdad. A lo mejor te amaba de verdad. A lo mejor serías el chico de mi vida.
A lo mejor no debí enamorarme de ti. A lo mejor no debí conocerte. A lo mejor no debí dejar que me besaras. A lo mejor no debí dejar que te enamoraras de mi. A lo mejor no debí dejar que todo esto pasara. Aunque, a lo mejor, tú seas mi príncipe azul.
Pero, ¿por qué dejarse llevar por los sentimientos es malo? ¿Por qué hacer lo que sientes es casi siempre la peor opción? ¿Por qué no poder hacer lo que tu corazón quiere en ese momento, por qué no poder mostrarlo, por qué eso casi siempre es la elección incorrecta?
Por qué, si yo siento que ya no te amo; si yo te quiero; si siento que quiero estar contigo; si quiero darte un beso... por qué no debo hacerlo... por qué, si hacemos lo que sentimos acabamos dañando al prójimo o a nosotros mismos.
Quizás debería haberme quedado contigo. Quizás debería decirte lo mucho que te quiero y que no quiero dejar de ver tus ojos y tu sonrisa nunca.
Quizás debería irme y desaparecer. Quizás no escuchar al corazón sea lo mejor. Quizás uno de los dos se tiene que sacrificar.
A lo mejor no debí de echarle cuenta a mi corazón.
