Hacía tiempo que no pasaba por este camino, pero lo recuerdo a la perfección.
Ahora, dentro de pocos pasos, a la derecha, aparecerá un banco. No un banco normal, es de madera, bastante grande, en el cual caben seis personas. Es el banco en el que esperan los que viven a las afueras del pueblo al bus que les lleva a la ciudad.
Más adelante, el camino se divide en tres bifurcaciones, hacia delante, hacia la derecha y hacia la izquierda. Hacia delante se llegaba al pueblo, el cual no estaba ya muy lejos. A la derecha se encontraba el cementerio; y a la izquierda, en el bosque.Si escoges la izquierda, a medida que nos vamos adentrando en el bosque, los árboles se acercan al camino; árboles delgados y altos, que se mueven suavemente con el viento.
Esta vez, hay que andar un largo trecho, hasta llegar a la fuente. Era una fuente natural, es decir, un manantial. Aquí era donde se reunían y se veían los enamorados y amantes a escondidas. Era el lugar más mágico del pueblo, y del bosque.
Al llegar a la fuente, a la derecha, el camino de arena se hacía aún más ancho y, ahí estaba, la casa de mi abuelo.
Aunque allí, ya sólo me esperaban aquel árbol que plantamos en una fresca primavera, y mis recuerdos.