Capítulo 9

162 11 3
                                    

Cuatro meses después...

Había abierto mis ojos y un dolor punzante de cabeza me recibió ni bien realicé dicha acción. Estaba oscuro aún y podía sentir los brazos de Bas abrazarme todavía dormido. Últimamente solía quedarse en casa por las noches o yo en la suya. Me separé de el, con sumo cuidado de no despertarlo, tomé mi celular y salí de su habitación para ir a la primera planta en busca de un vaso de agua. Cuando encendí la pantalla, vi que eran cerca de las tres de la mañana.

Había vuelto a a soñar cosas extrañas pero aprendí a sobrellevarlo en estos últimos meses, aunque eso no quitaba que seguían despertándome las veces que los tenía y era molesto puesto que al comenzar la universidad necesitaba energías para las clases, a parte de que no me sentía bien con ellos. Me incomodaban y generaban sentimientos exageradamente confusos y estresantes.

Alumbré con la linterna las escaleras y traté de hacer el más mínimo ruido posible al bajarlas. Caminé hasta la cocina, tomé un vaso de vidrio y lo llené del agua del grifo. Llevé el recipiente hasta mi boca y me tragué todo su contenido en menos de cinco segundos. Estos sueños parecían querer deshidratarme y matarme. Reí por mi estúpido pensamiento y al instante me puse serio. Solo Bas sabía acerca de ellos y no le habíamos encontrado sentido alguno, nunca podía moverme en los mismos y siempre oía personas hablándome como si me conocieran de toda la vida, incluso personas que frecuentaban mi vida. A parte de otras sensaciones diferentes dependiendo el día en que los tuviera. Este último tiempo había estado pensado en ir a un psicólogo debido a que solía tenerlos una o dos veces a la semana. Realmente necesitaba encontrarles un significado o algo que me diga por qué sólo soñaba eso con frecuencia.

Solté un suspiro y como había perdido las ganas de dormir comencé a ver las notificaciones de mi celular. Abrí mis chats y revisé algunos mensajes sin responder que tenía de Rita.

Rita: espero se diviertan esta noche.

Rita: estás ansioso por lo de mañana? Yo creo que va a pedírtelo. Puedo apostar todo el dinero que tengo a que lo hará.

Había leído ese último mensaje y dos preguntas volaron a mi cabeza. ¿Qué ocurría mañana? Y ¿Quién iba a pedirme que cosa? Traté de recordar pero por alguna extraña razón mi cabeza no tenía absolutamente nada. Cerré mis ojos y fruncí el ceño, en un intento por concentrarme, mas no fue de mucha ayuda. No tenía idea a qué se refería. Suspiré con frustración y decidí preguntarle qué es lo que sucedería y que no estaba enterado con un poco de miedo a que fuese una fecha importante y lo hubiese olvidado.

Yo: ¿Pasa algo el día de mañana? No recuerdo nada importante.

Salí del chat y revisé las demás notificaciones de mis otras redes sociales hasta que sentí que mis párpados volvían a pesar y el sueño acudía nuevamente a mi cuerpo. Alumbré el camino de vuelta al cuarto y cuando entré a la sala de estar sentí como si algo hubiera subido rápidamente por las escaleras. Mi sangre estaba tan helada como la nieve del frío invierno. Me quedé completamente tieso puesto que no sabía si había presenciado un suceso paranormal o si aún me encontraba dormido. 

-¿Qué fue eso?- Susurré, esperando una respuesta inexistente.

Me acerqué lentamente al lugar de donde provino aquel movimiento y un escalofrío me recorrió la espina dorsal al ver que no había nadie. Mierda, en serio necesito ayuda psicológica.

Subí lentamente cada uno de los escalones tratando de calmar mis nervios mediante profundas respiraciones e ingresé al cuarto de Bas. Sacudí un poco mi cabello, en un intento por tranquilizar las alteradas pulsaciones de mi pecho, a la vez que me acercaba a la cama. Dejé mi celular en la mesita de noche y me acosté junto al rubio. Su cuerpo había girado en mi dirección y sentí la calidez de sus brazos envolverme como solía hacer siempre.

Mundos Paralelos (LGBT/Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora